"El Banco Central Europeo (BCE) se enfrenta a un conjunto de factores convergentes que sugieren una pausa reflexiva durante su reunión de octubre. La economía de la zona euro muestra signos reveladores de un amplio estancamiento. Los últimos datos del PMI subrayan esta tendencia, con una contracción persistente del sector manufacturero, que registró una lectura de 43 en octubre, por debajo del 43,4 anterior. Incluso el sector de los servicios, que había apuntalado el crecimiento del PIB a principios de este año, ha mostrado signos de declive, registrando su peor lectura en casi tres años, 47,8 en octubre. Estos datos no sólo indican la pérdida de impulso, sino que también ponen de relieve la inminente recesión económica mundial. El mercado laboral también refleja esta inercia económica. La evolución reciente del empleo, tal como refleja el PMI de octubre, indica un estancamiento en el sector de los servicios, mientras que en el sector manufacturero ya se están produciendo despidos. Esta contracción global al comienzo del trimestre acentúa aún más la ralentización”, comenta Malagardis.
Por otro lado, el estratega de Natixis IM Solutions explica que “curiosamente, en el frente de los precios, a pesar de las crecientes presiones de los precios de la energía y del crecimiento salarial en curso, las empresas han comunicado una ralentización de la inflación de los precios de venta. Estas tendencias disminuyen aún más la urgencia de que el BCE suba los tipos, especialmente cuando la trayectoria descendente de la demanda está contrarrestando las presiones inflacionistas derivadas del aumento de los costes de los insumos. Además, la propia encuesta sobre préstamos bancarios del BCE ha revelado un claro endurecimiento de los criterios de concesión de créditos, tanto para los hogares como para las empresas, y la demanda de préstamos también muestra un marcado descenso. Con la disminución de las motivaciones para obtener préstamos para inversiones fijas, las perspectivas futuras de la inversión en la zona euro parecen poco halagüeñas”.
Malagardis concluye afirmando que “la combinación del debilitamiento de la actividad económica, la moderación de la inflación y el descenso de los préstamos bancarios constituye una prueba sustancial de que la actual política del BCE ha empezado a producir los efectos deseados. Este conjunto de circunstancias, junto con factores externos como el aumento de los rendimientos de los bonos soberanos mundiales y los acontecimientos geopolíticos, constituyen argumentos de peso para que el BCE adopte una postura prudente y se abstenga de subir los tipos en la próxima reunión y mantenga un tono globalmente neutral”.
------------ Análisis económico de Nicolas Malagardis, Market Strategist de Natixis IM Solutions
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