El primer jueves de noviembre se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso escolar y familiar, incluido el Ciberacoso, una fecha que busca concienciar sobre el grave problema del acoso escolar y familiar y el bullying en los niños y jóvenes a nivel mundial, así como buscar los mecanismos para evitar este daño, que hoy, se ha convertido en un terrible peligro para la población infantil y juvenil.
La entidad destaca la importancia de acabar con este tipo de violencia que afecta a la población infantil a nivel mundial, y que provoca terribles secuelas psicológicas incluidas el suicidio, fracaso y exclusión escolar. Cabe reseñar que la población infantil de 0 a 14 años ha pasado en 5 décadas y a nivel mundial, de representar el 38% de la población mundial al 25% del total.
En particular, la Fundación Madrina destaca que las adolescentes embarazadas son más vulnerables al acoso escolar y familiar, siendo víctimas de señalamiento y persecución por parte de compañeros y profesores, lo que provoca un mayor absentismo y fracaso escolar, y no acabar la ESO, lo que a su vez las excluye del mundo laboral. La Fundación ha conocido casos de directores de colegios de escuelas públicas que animan a los alumnos a aislar a las adolescentes gestantes, animando a los compañeros a que no hablen con ellas, como signo de mal ejemplo.
La entidad invita a tomar medidas para prevenir el acoso escolar y familiar y el ciberacoso, cada vez más normalizado entre adolescentes, y destaca el papel fundamental de los padres y tutores en la prevención de estas situaciones.
Enfatizar que la maternidad temprana excluye a las menores del mundo escolar y laboral, por lo que Madrina ha tenido que recurrir en todos ellos a profesores externos para que reciban clases particulares y a desarrollar el programa de inmersión en la ESO para mujeres adultas víctimas de exclusión escolar por el bullying y la falta de accesibilidad y adecuación de las aulas a esta problemática de la maternidad temprana. Cabe reseñar que las madres adolescentes representan un 1,95 % del total de madres españolas, lo que significa que dos de cada cien madres en España son adolescentes.
Asimismo, la Fundación, denuncia que se hayan eliminado de todas las administraciones autonómicas los defensores del menor, y cuyas competencias han quedado bajo el paraguas de las mismas administraciones que legislan en el área de familia; la entidad, también denuncia que no se hayan fortalecido y potenciado las unidades policiales que protegen al menor ante el aumento del acoso escolar y familiar.
Es importante tomar medidas para prevenir el acoso escolar y familiar y el ciberacoso, ya que estas formas de violencia pueden tener graves consecuencias en la salud mental y emocional de los niños y jóvenes. Además, es fundamental que se trabaje en conjunto entre padres, profesores, alumnos y autoridades para erradicar este problema y garantizar un ambiente escolar y familiar seguro y saludable para todos.
En este sentido, y con el fin de prevenir el acoso escolar y familiar y el ciberacoso, la Fundación Madrina propone las siguientes medidas:
- Más protocolos de prevención del acoso escolar y familiar y ciberacoso.
- Instaurar la figura independiente del Defensor del Menor.
- Una escuela más adaptada a la maternidad adolescente y de adultos.
- Una policía más especializada y con más medios para proteger a adolescentes y menores.
- Promover la educación en valores y el respeto a los demás, desde edades tempranas.
- Fomentar la comunicación y el diálogo entre padres, profesores y alumnos para detectar y prevenir situaciones de acoso.
- Realizar campañas de concienciación y sensibilización sobre el acoso escolar y familiar y el ciberacoso.
- Promover el uso responsable de las redes sociales y la tecnología.
- Ofrecer apoyo psicológico y emocional a las víctimas de acoso escolar, familiar y ciberacoso.
En resumen, la Fundación Madrina exige que haya más prevención del acoso escolar y familiar, la figura independiente del Defensor del Menor y una policía más especializada y con más medios para proteger a adolescentes y menores, por su extremada vulnerabilidad, ya que sufren en su mayoría episodios de violencia por parte de su pareja y/o familia.
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