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El primer jueves de noviembre se conmemora el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, incluido el ciberacoso, una iniciativa impulsada por la UNESCO para concienciar sobre uno de los problemas más graves que enfrenta la comunidad educativa. Esta jornada llama a la reflexión sobre los efectos devastadores que el acoso tiene en millones de niños, niñas y adolescentes de todo el mundo y la urgente necesidad de medidas preventivas y de apoyo psicológico.
Con motivo del inicio del año escolar 2024-25, Aldeas Infantiles SOS alerta del impacto del acoso escolar en la salud mental de la infancia y adolescencia, y de la “ley del silencio” que rodea esta problemática, por la que las víctimas a menudo permanecen calladas y no piden ayuda. La organización, que realiza charlas en colegios para familias, alumnos y profesorado, así como programas de educación en valores, reclama medidas concretas para prevenir y abordar este problema.
El acoso escolar es la causa a la que se une Grupo Siglo XXI este mes de septiembre. Este problema, es uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las instituciones educativas en España. Aunque las escuelas no generan el problema del acoso, sí lo replican al formar parte de un sistema que reproduce las dinámicas sociales. Las instituciones educativas tienen una gran responsabilidad en la prevención y gestión del acoso, tarea que presenta importantes desafíos.
Este mes, Grupo Siglo XXI se une a la causa de la lucha contra el acoso escolar, una problemática que afecta a miles de niños y adolescentes en todo el mundo y que tiene consecuencias devastadoras en la vida de las víctimas. Ahora que se abre un nuevo ciclo escolar, la importancia de la prevención y detección temprana del acoso se hace más evidente. El rol de los padres se convierte en un factor decisivo para identificar señales de alerta y actuar antes de que sea demasiado tarde.
Con la llegada de septiembre y el comienzo de un nuevo curso escolar, las expectativas están en el aire: nuevas oportunidades, aprendizajes y experiencias para los estudiantes. Sin embargo, para muchos, el regreso a las aulas también puede ser una fuente de angustia y temor debido a una realidad que sigue latente en nuestros centros educativos: el acoso escolar o "bullying".
Hay muchas formas de identificar a los acosadores en el entorno escolar, si la dirección y coordinación realmente prestan atención a sus alumnos podrán notar los cambios de comportamiento de algunos alumnos hacia ciertos profesores. Los acosadores suelen dejar huellas y pueden ser rastreados en el entorno escolar.
Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, que se celebrará el próximo 2 de mayo, la ONG de infancia y educación Educo alerta que, en un aula con 30 niños y niñas, 9 han sufrido acoso escolar u otro tipo de violencia en la escuela en algún momento de su vida. El dato se desprende de una encuesta realizada a mil adolescentes. El 29,5% afirmó que había sufrido bullying u otro tipo de violencia, el 59,1% dijo que no y un 11,4% no lo sabía o prefirió no contestar.
Los perros y los gatos suponen pues para los más jóvenes una figura de apego segura que influye positivamente sobre los sentimientos de ansiedad, tristeza y desesperanza y sobre la percepción de soledad, lo que los fortalece a la hora de enfrentarse a situaciones difíciles como el acoso escolar.
El 'bullyng' o acoso escolar es un problema grave, que afecta a estudiantes lo mismo en colegios que en institutos. Es el comportamiento repetitivo y dañino dirigido hacia un estudiante, por parte de uno o varios compañeros, y puede manifestarse de diversas formas, como insultos, agresiones físicas, exclusión social o ciberacoso.
La Sociedad Española de Inmunología, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) alerta sobre el incremento del 'bullying' en menores con alergia alimentaria, que representan entre un 6 y un 8% de los niños en edad escolar. Más de la mitad de estos niños asegura haber sufrido acoso físico de forma evidente mientras que dos de cada diez relacionan el acoso, llevado a cabo por compañeros de clase, directamente con las alergias alimentarias.
El primer jueves de noviembre se celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso escolar y familiar, incluido el Ciberacoso, una fecha que busca concienciar sobre el grave problema del acoso escolar y familiar y el "bullying" en los niños y jóvenes a nivel mundial, así como buscar los mecanismos para evitar este daño, que hoy, se ha convertido en un terrible peligro para la población infantil y juvenil.
En España, la percepción de acoso escolar se ha reducido a la mitad con respecto a antes de la pandemia, siendo un 11,8% de los alumnos que consideran que en su clase hay alguien que lo sufre, frente al 24,4% del curso anterior. Según un estudio, los insultos y burlas siguen siendo la principal forma de agresión y descienden en 20 puntos las agresiones físicas con respecto al estudio del curso previo. Tristeza, apatía o ansiedad son síntomas que pueden alertar a los padres.
Con la aparición de las nuevas tecnologías, el acoso escolar se traslada al hogar de los menores a través de redes sociales como WhatsApp, Instagram, TikTok o los videojuegos. Este tipo de violencia, conocida como "ciberbullying", tiene la característica de facilitar el anonimato del agresor, de prolongarse en el tiempo, de ser fácil de distribuir y de tener más observadores debido al alcance que tiene, provocando efectos devastadores sobre la víctima.
La importancia de la educación para combatir el acoso y la discriminación en las escuelas es indiscutible. Garantizar un ambiente que sea seguro, respetuoso e inclusivo es clave para el bienestar de todos los alumnos. A través del conocimiento impartido en las aulas se pueden crear estrategias efectivas para abordar estos problemas sociales y fomentar una cultura basada en el respeto mutuo y la tolerancia.
En España, se estima que 7 de cada 10 niños sufren todos los días algún tipo de acoso y ciberacoso, según expone el estudio de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, convirtiéndose en un problema de salud mental grave que afecta a todos los niveles educativos. Los casos más espinosos suelen producirse en la educación primaria y secundaria, causando daños psicológicos traumáticos. Sus consecuencias para las víctimas pueden ser desde leves a graves.
Ante la ola de violaciones o agresiones sexuales de estas últimas semanas en España a adolescentes es necesario que se baje la edad penal de los 14 a los 12 años. También deberían ser aumentadas las indemnizaciones por casos de violación o por agresiones y acoso a los responsables de la educación de los hijos que son los padres. Esto causaría, sin ninguna duda, una disminución de este tipo de delitos.
El acoso escolar o bullying, no es un hecho aislado y oculto a la “actividad diaria” de un Centro Escolar. El acoso escolar o bullying, tiene un aspecto de “demostración” de superioridad por parte de la persona o grupo que lo realiza. El acoso escolar o bullying, no debe ser un tema “tabú” entre los alumnos, compañeros de quien lo sufre.
“Dos gemelas se suicidan en Barcelona saltando del balcón de su casa desde un tercer piso a consecuencia del bullyng que estaban sufriendo en el colegio”. No iba a hablar de este tema, ya he hablado demasiado, pero estoy escuchando demasiadas tonterías en los medios de comunicación.
El acoso escolar, comúnmente conocido como bullying, es un grave problema social que impacta negativamente en la salud mental de los más jóvenes y está relacionado con la aparición de casos de depresión, estrés, ansiedad e incluso ideas suicidas. Está cada vez más presente en los centros de educación primaria y secundaria de España: según la OMS, nuestro país se encuentra entre los cinco primeros de la Unión Europea donde hay más incidencia de acoso escolar.
El acoso escolar lleva siendo, desde hace años, una de las principales lacras de la sociedad. Y es que, con la vuelta al colegio, también aumenta la preocupación de las familias ante posibles casos de bullying. Si los padres se encuentran en una situación de sospecha, los expertos de DAS Seguros destacan que detectar lo que está ocurriendo y saber qué pruebas se necesitan para denunciarlo, es clave a la hora de actuar rápidamente y poder buscar una solución.
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