En España, la percepción de acoso escolar se ha reducido a la mitad con respecto a antes de la pandemia, siendo un 11,8% de los alumnos que consideran que en su clase hay alguien que sufre acoso escolar, frente al 24,4% del curso anterior. Esta es la principal conclusión del V estudio "La opinión de los estudiantes" que realizan cada año conjuntamente la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR. Los insultos, motes y burlas siguen siendo la principal forma de agresión y desciende en 20 puntos las agresiones físicas con respecto al estudio del curso previo.
Cuando estas se producen siguen siendo mayoritariamente en grupo. Por su parte, los profesores, que cada vez tienen más constancia de casos de acoso escolar, proponen favorecer la escucha, el diálogo y la comunicación para prevenir este tipo de violencia entre los alumnos. Pese al descenso de la percepción del acoso escolar, no debemos lanzar las campanas al vuelo. La tristeza, la apatía, o la ansiedad en niños y adolescentes son síntomas que pueden alertar a los padres ante el acoso escolar.
Año nuevo, vida nueva. O eso dicen. Porque, en realidad, del 31 de diciembre al 1 de enero de cualquier año van segundos. ¿Se puede cambiar la vida en ese pequeño intervalo? La respuesta es sí, siempre que venga de la mano de un golpe de suerte. Otra posibilidad, explican los profesionales de la psicología, es que seamos nosotros mismos quienes vengamos trabajando ese cambio, y lo hagamos tras el periodo necesario de reflexión. Y, sobre todo, con la motivación necesaria.
La Navidad es una época que despierta emociones intensas: alegría, ilusión y, para muchos, también nostalgia. Este sentimiento, asociado a la evocación de tiempos pasados, puede ser reconfortante, pero también desgarrador si se mezcla con la ausencia de seres queridos, recuerdos de momentos difíciles o cambios en la vida. La nostalgia actúa como un mecanismo de adaptación, ayudándonos a encontrar sentido al presente a través de la conexión con el pasado.
Actualmente, conocemos a bastantes personas que se están preparando unas oposiciones. Son muchas las horas de estudio, de esfuerzo, de constancia o de lucha. Y es que se trata de tener la mente en su sitio para no dejarse llevar por la pereza y la fatiga que, muchas de las veces, supone estudiar sin saber el resultado final. ¿Y qué pasa si las notas no muestran lo esperado? No hay que sentirse fracasado por no alcanzar esa meta tan alta que nos hemos propuesto.