La Sociedad Española de Inmunología, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) alerta sobre el incremento del 'bullying' en menores con alergia alimentaria, que representan entre un 6 y un 8% de los niños en edad escolar.
Más de la mitad de estos niños asegura haber sufrido acoso físico de forma evidente mientras que dos de cada diez relacionan el acoso, llevado a cabo por compañeros de clase, directamente con las alergias alimentarias, según un estudio reciente publicada en la revista Journal of Pediatric Psychology. Además, uno de cada tres niños, entre los encuestados para este trabajo, denunció haber sufrido acoso relacionado con su alergia.
Entre las agresiones más comunes sufridas, los niños destacaron agitarles la cara con un alérgeno o ponérselo intencionadamente en la comida, además de la difusión de rumores o ser ignorados por su alergia alimentaria.
“Ante el aumento de casos de bullying en los colegios y sus consecuencias sobre la calidad de vida de los niños con alergia alimentaria, es necesario actuar promoviendo políticas escolares que faciliten la seguridad y la inclusión social de los afectados”, afirma la doctora Ana Martínez-Cañavate presidenta de la SEICAP.
“Debemos tener en cuenta que los niños alérgicos sufren un fuerte impacto en su calidad de vida como consecuencia de las dietas de eliminación que han de seguir, que les genera estrés y ansiedad por evitar una ingesta accidental, pero también les conduce al aislamiento social y al rechazo”, añade la experta.
A este respecto, un estudio realizado por la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia y la Escuela de Medicina Albert Einstein en Estados Unidos entre niños con bajos recursos socioeconómicos y sus cuidadores relacionó la alergia a los alimentos y la ansiedad infantil. Este trabajo, publicado en la revista Journal of Pediatrics, concluyó que el 57% de los niños con una alergia alimentaria tenían síntomas de ansiedad.
La SEICAP pide más prevención y seguridad en el entorno escolar
Los niños alérgicos en edad escolar asisten a fiestas con precaución, comen diferentes cosas que el resto en el comedor o no pueden llevarse determinados alimentos para la hora del recreo. Esto lo conocen los demás y suelen utilizarlo en su contra, lo que puede convertirse en algo muy serio si desde el colegio no se interviene, pues puede haber riesgo de anafilaxia grave, según advierte la SEICAP.
La sociedad científica explica que los adolescentes con alergia a los alimentos suelen reconocer que el aislamiento social es lo más preocupante de su enfermedad. Hay casos en los que la alergia se resuelve de manera espontánea en la primera infancia. Sin embargo, muchos llegan a la adolescencia con ellas, lo que supone un hándicap en sus relaciones sociales, que empiezan a evolucionar en esta etapa.
“Para evitar que se sigan dando casos de acoso se debería intentar minimizar la separación de los alumnos alérgicos a alimentos del resto de sus compañeros en comedores, fiestas o excursiones”, afirma la doctora Martínez-Cañavate.
Por último, la SEICAP reclama una mayor seguridad para estos menores, no solo por el riesgo de reacciones anafilácticas sino por las mayores posibilidades que tienen de sufrir rechazo.
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