En España, 130.000 personas padecen Enfermedad Inflamatoria Intestinal[i], una enfermedad compleja que afecta al tubo digestivo, y en ocasiones conlleva manifestaciones extraintestinales que pueden retrasar el diagnóstico en las primeras fases. Estas afectaciones, unidas a otras complicaciones graves (pacientes con antecedentes oncológicos o con infecciones resistentes a los antibióticos, entre otros), dificultan el abordaje de la EII. Por este motivo, la coordinación entre distintos especialistas sigue siendo uno de los retos a los que se enfrentan los gastroenterólogos, como se ha puesto de manifiesto en el Simposium Internacional “César Chantar Barrios” sobre Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en Madrid.
La jornada ha reunido a más de 350 gastroenterólogos, aunque ha tenido un carácter multidisciplinar con la presencia de cirujanos y enfermeras con dedicación a la EII y un reumatólogo en el programa. El objetivo ha sido actualizar conocimientos en el seguimiento y tratamiento de la EII. “En la actualidad, nos enfrentamos a un escenario en constante cambio, con muchos frentes abiertos y nuevos tratamientos. Este tipo de encuentros, en el que se reúnen ponentes nacionales e internacionales de primer nivel, son imprescindibles para avanzar juntos en el manejo de la EII. En esta ocasión, celebramos además el 50 aniversario de nuestro Servicio, una motivación extra para seguir trabajando por la calidad asistencial de nuestros pacientes”, señala el Dr. Yago González Lama, médico adjunto del Servicio de gastroenterología y de la unidad de la enfermedad inflamatoria intestinal del Hospital Puerta de Hierro.
Manejo de la EII
La EII es una enfermedad inflamatoria, crónica y autoinmune que requiere una identificación precoz con el objetivo de minimizar el impacto de los síntomas y controlar su evolución. Entre las técnicas usadas, destaca la endoscopia, que consiste en la introducción de una cámara o lente dentro de un tubo o endoscopio a través de un orificio natural del cuerpo. “Se trata de un aspecto clave para el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes ya que nos permite valorar el grado de actividad de la patología y el estado de la mucosa del intestino”, afirma la Dra. Maribel Vera, médica adjunta del Servicio de gastroenterología y de la unidad de la enfermedad inflamatoria intestinal del Hospital Puerta de Hierro.
Junto a estas herramientas, los especialistas señalan la importancia de la creación de Unidades Especializadas en EII, formadas por equipos multidisciplinares para atender de forma conjunta y global a los pacientes. “Este abordaje integral es muy positivo para la EII, que en ocasiones va más allá del tubo digestivo, por lo que precisa la coordinación entre distintos especialistas”, según la Dra. Vera. En la actualidad, el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda atiende a 1.600 pacientes en su Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal y establece una media de 15 endoscopias semanales en una agenda específica para pacientes con EII.
Adherencia al tratamiento
Entre los temas tratados durante esta Jornada, destaca la necesidad de una estrategia terapéutica precoz para favorecer el pronóstico de la EII. Su carácter autoinmune e inflamatorio está relacionado con una mayor persistencia de las complicaciones que este tipo de patologías producen. Por ello, el establecimiento de un tratamiento debe hacerse lo antes posible, con el objetivo de alcanzar la remisión y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En este sentido, los expertos han debatido acerca del lugar que deben ocupar las nuevas alternativas terapéuticas en la práctica clínica y los niveles de fármacos necesarios en cada caso. Entre otros temas, se ha abordado el papel de los tratamientos clásicos, como los inmunosupresores convencionales, frente a las terapias biológicas, que han demostrado su eficacia para el control y manejo de estas enfermedades. Se trata de aspectos de gran interés para los pacientes, que frecuentemente demandan un rol más activo y más información ante el uso y seguridad de las opciones terapéuticas disponibles. “Una fluida relación médico-paciente potencia la involucración del paciente, y por consiguiente, la adherencia al tratamiento”, concluye el Dr. Gónzalez Lama.
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