En Andalucía es más que conocido el nombre de Carmen Fitz porque la diseñadora siempre ha sido una referencia en moda flamenca, dentro y fuera de las pasarelas. Tras un parón motivado por cuestiones vitales y vinculado también a la pandemia, la firma regresa al primer plano con una propuesta en la que mantiene sus raíces flamencas, pero lo hace con un giro de guión que su fundadora tenía previsto antes de que tuviera que interrumpir su actividad.
Y es que la directora creativa y experta en costura de nombre homónimo comenzó su andadura en el mundo de la moda a los 18 años, tras ver en la boutique familiar cómo se cosían muy diversas piezas; por ello la costura más preciosista (como ya es poco común) es su auténtico valor diferencial. La marca, que lleva 20 años en el mercado, se centra ahora en propuestas de fiesta, ocasiones especiales e incluso looks para el dia a día, siempre con un toque aflamencado, pensados para primavera y para llevar también en otros escenarios que conocen y trabajan a la perfección: las ferias y romerías andaluzas.
"Creemos en una moda inclusiva, por eso en esta nueva colección de looks para ocasiones especiales pensamos en todas las tallas y ofrecemos la posibilidad de adaptar las piezas a las medidas de la clienta, sean cuales sean. Todas pueden encontrar en nuestra firma una marca aliada que piensa, de corazón, en lo que necesitan las mujeres", apunta Carmen Fitz. Y continúa: "regresar a la moda es un reto ilusionante que asumo desde la visión de futuro, el respeto por una producción responsable y la constancia. Llevo años en este sector y siempre he creído que es importante que la firma tenga personalidad propia y la nuestra es un reflejo de que la esencia sureña puede ir un paso más allá (en nuestro caso, a medio camino entre la flamenca y la invitada). Puede decirse que nuestro mejor valor es el de fusionar lo contemporáneo con nuestra alma andaluza en piezas en las que prima la mejor costura, la minuciosa de antaño".
Entre las creaciones que la firma propone para este regreso se encuentran tejidos (gasa, tul, satén y algodón) con lunares clásicos, en los que predominan el rojo y el negro, y también estampados propios a todo color. Una colección marcada por las líneas ultrafemeninas que se traduce en diseños de largo midi y al tobillo, conjuntos de tops y faldas y de blusas y pantalones, además de abrigos con volantes y mucho movimiento; en definitiva, un conjunto de prendas versátiles a las que recurrir en numerosas ocasiones.
Esta explosición de creatividad se refleja en sus mangas con volumen, sus propuestas con lazada (muy en tendencia actualmente), sus escotes halter y sus kimonos semitransparentes, marcados por los juegos de texturas, los volúmenes y el lunar XL. Y lo cierto es que su nuevo concepto ha gustado.
Con una creciente comunidad de seguidores y el apoyo de aquellas clientas que han seguido de cerca sus nuevos pasos, cada vez son más las que redescubren su recién estrenado universo y confían en sus creaciones.
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