La asexualidad, definida como la ausencia de atracción o deseo sexual, a menudo se ha malinterpretado y pasado por alto en las conversaciones comunes. No se trata de represión o falta de oportunidades, sino simplemente de no sentir esa atracción que experimentan otros. Aunque la sexualidad sólo se está empezando a estudiar y comprender, se considera una orientación sexual y no una disfunción.
Los datos de un estudio procedente de la “USA National Survey of Sexual Health and Behavior” muestran el gran descenso de las prácticas sexuales en adolescentes entre los años 2009 a 2018: de 14,4 prácticas sexuales completas anuales a 4,3 por año de media. De la misma manera sucede con los adultos, de 18 a 49 años que, de 63 encuentros sexuales al año, descienden a 47. Estos datos sugieren sin duda un cambio en las dinámicas sexuales contemporáneas y, es por eso que LELO, considerando que el 6 de abril se celebra el Día de la Asexualidad, te invita a informarte y reconocer esta orientación sexual.
¿Qué NO es la asexualidad?
En primer lugar, debemos explicar lo que no es la asexualidad. La asexualidad no es una opción de privarse debido a una relación problemática o motivos religiosos. Tampoco está relacionada con la pérdida de libido a causa de la edad o circunstancias, ni el miedo a la intimidad o la dificultad de encontrar pareja. Estos prejuicios afectan negativamente a la hora de entender qué es la asexualidad, ¡así que es momento de dejarlos en el pasado!
Dado que la depresión tiende a reducir el deseo sexual, algunos expertos han planteado la posibilidad de una conexión entre la depresión y la asexualidad. Sin embargo, no fue hasta 2013 cuando la Asociación Americana de Psiquiatría eliminó la asexualidad de su lista de trastornos mentales.
Debemos destacar que, si bien el deseo sexual es relevante en algunos trastornos, la asexualidad no se considera una enfermedad, ni es patológica. Tampoco está relacionada con problemas hormonales o desequilibrios químicos.
¿Qué es la asexualidad?
Las personas asexuales pueden enamorarse, sentir excitación y orgasmos, masturbarse o mantener o no relaciones sexuales, y también casarse o tener hijos. En resumen, la asexualidad, en este caso, se define como la ausencia de atracción sexual, siendo esto lo que la mayoría de personas asociamos que va de la mano con el enamoramiento. Sin embargo, el deseo de estar cerca de alguien, conocerla más y sentir mariposas en el estómago, es posible, pero sin necesariamente tener el deseo de expresarlo sexualmente.
Las personas asexuales a menudo son muy felices y no consideran que la búsqueda de las relaciones sexuales sea crucial para mantener una relación feliz y sana. Sin embargo, esta perspectiva puede desafiar a veces el orden convencional, que sugiere que una parte significativa de nuestra vida debe enfocarse en la búsqueda de encuentros sexuales satisfactorios. La perspectiva de las personas asexuales demuestra que este hecho no es necesariamente cierto, lo que puede resultar desconcertante para las personas que están familiarizadas con esta creencia. Por otro lado, el sentimiento de excitación puede surgir sin el deseo de encontrar una pareja.
La asexualidad, ¿un concepto contemporáneo?
Actualmente, Internet y las redes sociales han tenido un impacto significativo en la visibilidad y aceptación de las identidades sexuales. Las comunidades y plataformas online ofrecen espacios donde las personas pueden conectar, compartir experiencias y mostrar apoyo mutuamente, creando un sentimiento de pertenencia para aquellos que alguna vez se sintieron aislados o incomprendidos.
Además, a medida que nuestra sociedad se vuelve más diversa e inclusiva, se aprecia cada vez más la fluidez y complejidad de la sexualidad humana. La asexualidad ahora se reconoce como una orientación válida dentro del amplio espectro de la diversidad humana, junto con la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad. A pesar de estos avances, aún sigue habiendo retos.
Entonces… ¿Cómo podemos hacer para apoyar a las personas asexuales? Debemos informarnos y tomarnos el tiempo para comprender la asexualidad, reconociéndola como una orientación válida, como cualquier otra. Saber que no todos experimentamos la atracción de la misma manera y es importante, evitar hacer suposiciones sobre la orientación de una persona basándonos en estereotipos o ideas preconcebidas.
En conclusión, el Día de la Asexualidad nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar y celebrar la diversidad de la sexualidad humana. Tanto una identidad atemporal como un concepto más actual, la asexualidad merece reconocimiento, respeto y aceptación en todas sus manifestaciones. Trabajemos juntos para construir un mundo en el que todos puedan vivir su autenticidad.
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