Alejado de lo que ciertos puedan pensar en la dimensión que quieran. Y que en la memoria del mundo y la historia universal quede adherido. El y los gobiernos de Estados Unidos que han transitado durante cuatro décadas, han pecado de payasos y quieren pasarse de astutos, no se han dignado a honrar la deuda que es en deber al pueblo de Nicaragua conforme a sentencia firme del 27 de junio de 1986 dictada por LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA (CIJH) por haber auspiciado a la contrarrevolución en tiempos de la Revolución Popular Sandinista en la década de los ochenta.
Ese gobierno yanqui, cree que, por el hecho que el gobierno de la Unión Nacional Opositora (UNO) presidido por la ex presidenta doña Violeta Barrios de Chamorro mediante un decreto y/o ley de carácter nacional los exoneró, creen es legal. Pues no es legal, ni mucho menos legítimo. Porque las sentencias dictadas por LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA (CIJH) son de ineludible cumplimiento, inclusive, en su estatuto artículo 60 se establece que, las sentencias son inapelables.
En consecuencia, no existe, ningún precepto estatuido más poderoso que la misma sentencia de la CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA (CIJH) no existe nada que se le imponga. Ni ningún recurso legal que quepa. Es decir, si las sentencias de la CIJH son inapelables, eso significa que pasan en AUTORIDAD DE COSA JUZGADA, hasta ahí no más llega todo, pueden darse muchas explicaciones, pero no pasa nada más allá. Los Estados Unidos al no cumplir con dicha sentencia condenatoria, está desacatando al máximo Tribunal del Planeta. Que vea el mundo, lo procaz que son, anexado todas las invasiones que han propinado a muchos países abiertamente o encubiertamente.
Lo que se hizo en el gobierno de la Unión Nacional Opositora (UNO) en Nicaragua, fue exonerar la deuda al gobierno de Estados Unidos, se congració con el imperio yanqui. Además, quedó escrito y reescrito en los anales de la historia como una falta de respeto, óigase bien, al pueblo agraviado nicaragüense. Incluso, esa aberración legislativa, jurídica efectuada por el gobierno referido, tuvo efecto como ley acá en nuestro ámbito nacional, fuera de nuestro ámbito territorial no surte ningún efecto legal, es algo decorativo dador a creer, y pasa en ley por antonomasia de carácter político, para conseguir de seguro algunas prebendas en esa época del gobierno de la UNO, no más hasta ahí llega su dimensionalidad legal, reitero, no trasciende fronteras.
También, es importante esclarecer que, la CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA (CIJH) jamás va o ha aprobado nulidad de la sentencia a favor del pueblo de Nicaragua, simple y sencillamente, porque, las sentencias son de ineludible cumplimiento, no admiten el recurso de apelación. Lo que más creo que el gobierno de la UNO presidido por doña Violeta Barrios de Chamorro se burló del imperio de los Estados Unidos, pues, a sabiendas, que nunca va a prosperar esa exoneración legalmente e internacionalmente: y saben que la obligación permanece, porque no se puede renunciar a algo irrenunciable. Es una espada de Damocles.
Ahora bien, estaría bien que, el gobierno actual de Nicaragua haga la petición a la CIJH o al organismo competente para ello, entablar legalmente una litis, una demanda contra el gobierno de EE.UU., para que restituya los 17 mil millones de dólares, y los perjuicios por no entregarlos en tiempo y forma. A lo mejor la deuda total ahora después de 40 años asciende a unos 100 mil millones de dólares. No sean protervos entreguen ese dinero es del pueblo afectado de la época o en su defecto a los herederos de los afectados. Por supuesto que el administrador es el gobierno.
Entonces, en el buen uso de la razón, la sana crítica, la hermenéutica jurídica, y hacer una subsunción del caso, la ley y la moral, estamos en una notable presencia de una deuda histórica existente que adeuda el gobierno de los Estados Unidos, incluso es fidedigno derecho para el pueblo agraviado de la época y sus herederos. El pueblo de Nicaragua nunca ha renunciado a la deuda, es legal en todos los tiempos. Estados Unidos no está incólume. Desembolsen el capital que le pertenece al pueblo nicaragüense agraviado. A contrario sensu, sopena de un doble crimen contra nuestra Patria y el pueblo de Nicaragua, que desemboca en bloqueo, injerencismo y etc. A contrario sensu, seguirán siendo visto por el orbe como desvergonzado e irrespetuoso y eso sigue restándoles credibilidad a los suyos, los cuales tempranamente les darán la espalda y hasta puede suceder una debacle del imperio. Se puede hundir el barco, eso es una ley de la vida para que actúa a sabiendas con dolo, premeditación y alevosía, que Dios vele por su pueblo. Y para finalizar, el pueblo de los Estados Unidos, nada tiene que ver en todo esto, es el o los gobernantes de ese imperio yanki. El único responsable es el gobierno yanki referido. Que así quede escrito y reescrito en la memoria de los anales de la historia universal.
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