El diccionario de la Real Academia de la Lengua define “la alternativa”
como la ceremonia por la cual un espada de cartel autoriza a un matador
principiante para que pueda matar alternando con los demás espadas. El
acto se reduce a entregar el primero al segundo, durante la lidia, la muleta y
el estoque para que ejecute la suerte en vez de él”.
Por otra parte, El Diccionario Taurino, útil para entender el mundo de la
fiesta nacional, explica que “Darle a uno la alternativa” significa que se le
reconoce responsabilidad y categoría para intervenir ante un problema.
Hoy, recientes los olores de la Fería taurina de Bilbao y en flor los aromas
políticos de las Elecciones Vascas, Alfonso Alonso ha tomado la alternativa.
Lo ha hecho en una ceremonia en la que un espada de cartel, Rajoy, le ha
autorizado a alternar con los demás para que ejecute la suerte en vez de él.
“Para que ejecute la suerte en vez de él y reconociéndole responsabilidad
y categoría para intervenir ante un problema”. Esas eran las características
que hoy llamaban la atención, cuando Nueva Economía Fórum reanudaba la
tarea de presentar, en el Hotel Palace de Madrid, una actualidad política que,
tras las investiduras fallidas y con el Gobierno en Funciones, fija la atención
en las próximas elecciones Catalanas y Vascas.
Antes de empezar, mientras los encargados de seguridad verificaban
credenciales, los comentarios se centraban en algo distinto a la actividad
taurina: Una realidad no taurina, vista desde la óptica de una Fiesta Nacional
sociopolítica en la que no son los toros lo que importa, sino las arrugas (y
arrugados) que interesan. También lo que se muestra, oculta y disimula con
tinta en periodicos de papel, teclas en ordenadores, digitales y tabletas; y con
voces conocidas.
Al ocupar una de las mesas dedicadas a la prensa, el tema surgió de un
chascarrillo con el punto de la malicia curiosa que hay en los corrillos de
periodistas: En China, a Rajoy le preguntaron por Siria, no por Soria.
Sin sonrisas, los iniciados se ocuparon de Soria, del ex ministro Soria, de
su renuncia voluntaria o impuesta al puesto (y a la supuesta puesta) en un
banco. De los asistentes Martín Villa en primera línea y Jesús Posadas en la
última. De los hombres con macarrón en oreja y pistola en sobaquera. De
Arenas (Javier) y sus arenas arenosas (redundantes). De Vicesoraya y sus
sorayos. De Cospedal. De lobbys, clanes,...
Hasta del Original de los Papeles de Bárcenas, ajeno (o no) a Soria, a su
renuncia y a más cosas. Pero importantes al reanudarse la Fiesta Nacional
no taurina en la que Rajoy, de vuelta de con los chinos, puede empezar a
soltar (y a recibir) chinarros y chinarrazos a (o de) diestro, centro o siniestro.
Pero el protagonista hoy en el Palace no era el padrino de alternativa,
sino el toricantano Alfonso Alonso.
Rajoy, como es propio, presentó. A “una persona de bien..., que nace en
Vitoria. Concejal, alcalde, licenciado en Filosofía y Derecho..., que comienza
de militante en el momento más difícil del PP vasco..., Compromiso con su
tierra..., que apela a la mayoría moderada de los vascos que quieren ser
españoles y europeos..., contrapeso al nacionalismo y a los que quieren mirar
para otra parte... Y que tiene la llave para hacer posible el bienestar en el
Pais Vasco”.
El discurso de Rajoy no produjo comentarios cuando cedió los trastos de
torear, que en política es un atril con micrófono, a Alonso. Éste comenzó
saludando, antes de plantar zapatillas en albero:
“Vamos a hablar de política...Expectativas. Elecciones Vascas y Gallegas.
En una España que no ha podido formar gobierno... por quien todos
sabemos. Euskadi de 2020 después de las Elecciones Vascas...,(cuyo)
resultado puede significar inquietud. Lo más importante es que tenemos un
proyecto para el Pais... Después que ETA ha sido derrotada, aunque no
disuelta, hay un periodo nuevo sin bolsas de odio e incomprensión”
La atención en el salón era como la que aparece cuando un diestro para,
tiempla y manda en plaza:
“Un País Vasco sin odios y con reencuentros. Nadie tiene herramientas
como las nuestras”. Antes el 7,5% del PIB nacional, ahora sólo el 6%; y con
los mismos habitantes. “Ha habido un coste que ha pagado el País Vasco.
Proyecto de unir el País Vasco para conseguir el liderazgo en España...
Después del Plan Ibarreche, apoyamos al PSOE para resolver un problema.
No hicimos lehendakari a Patxi López a cambio de nada. Lo hicimos para el
reencuentro. Pacificamos. Sentamos bases de futuro. Fue útil. Cuando el
PNV volvió, no siguió, planteó el nacionalismo...Desaparecen vestigios de
España. Recuperar poder. Extender una red que controla todo. Un cercado
para que nadie pueda salir...”
Continuó: “Tenemos que ser el contrapoder al PNV, (que es) el proyecto
que empobrece a Euskadi. Nuestra alternativa quiere más España en
Euskadi. Es importante que las personas que no quieran la ruptura formen
una mayoria sólida de desarrollo. Tiendo la mano a Urkullu... Yo voy a estar
siempre abierto al acuerdo... Hemos venido a tender puentes, a tender la
mano a una parte (vasca) distinta a nosotros para conseguir prosperidad...
¿Que pasa con las víctimas?. Terrorismo. Hay quien considera que una
persona que contribuyo al terorismo pueda...¿No tenía que rechazarlo la
sociedad?. Hay que hacer memoria para la dignidad. Hay que contar al
futuro. El PNV construye memoria de la mano de los verdugos. La base moral
de los vascos es la dignidad de los que lucharon... Mientras algunos están
ocupados en echar a los adversarios, el trabajo está sin hacer... Hay que
aprovechar el Concierto Económico”...
Después, unos mensajes electorales: “A 150.000 votantes del PP vasco,
para que vuelvan a votar. El PSOE y PNV son afines... En Vitoria, el pacto
PNV-PSOE- Podemos ha abandonado referencia... Labor y tarea. Con
claridad: no vamos a traicionar. (Nuestro) Motivo es amar a la tierra, honrar a
los compañeros que desaparecieron. Nos legitima porque queremos
profundamente a España y a Euskadi.
Siguieron unas preguntas sobre hechos puntuales. No parecieron, porque
no lo eran, florituras de salón, sino la continuación del discurso de un
toricantano apasionado en una alternativa brillante.
Al acabar, nadie recordó las ideas del principio, ni se ocupó de Rajoy.
Éste, inusual en él, buscaba “dejarse preguntar por la prensa”. Pero en ese
momento no interesaba quien había dado la alternativa, sino el que la
tomaba. Alguien dió una opinión:
“Está asentado y es sólido”.
La renuncia de Soria, la interpretación de los papeles de Bárcenas, los
conciliabulos y conspiracions de lobbys, grupos y personas quedaron atrás
de momento... De momento.
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