La curiosidad de muchas mujeres por ser rubias ha existido siempre, por ello juegan constantemente con tonalidades más claras en busca de aquellas que se adapten mejor a su rostro, facciones o personalidad. Asociado siempre a una cierta imagen estereotipada que lo relacionaba con el glamour, la sensualidad y el éxito, la verdad es que con los años el uso del rubio se ha democratizado. Un especialista nos cuenta cómo hacer esta transición y, sobre todo, cómo mantenerlo después.
En España siempre escasearon las mujeres rubias naturales, el tópico de la española la pintaba morena al estilo “la chiquita piconera” de Julio Romero de Torres. En la actualidad, el deseo de ser rubias sigue existiendo, aunque más por “cuestiones prácticas”. Cada vez son más quiénes quieren dar el paso y dejar atrás su pelo castaño o moreno de toda la vida. El rubio aporta más luminosidad al rostro y también hace a algunas mujeres sentirse más seguras: “En una melena rubia se aprecia mejor el movimiento. En España, son las castañas las que más optan por este cambio, por encima de las morenas y las pelirrojas, pocas quieren hacer un cambio brusco y prefieren ir probando tonos o reflejos hasta llegar al rubio con el que se sienten más cómodas”– nos cuenta David Lesur, director de formación de los salones David Künzle.
Otros motivos por los que decantarse, suelen ser el hecho de que disimula mejor la aparición de canas o bien dulcifica una imagen, si los rasgos faciales son muy duros: “Tampoco el rubio es para todo el mundo. Para lograr que una mujer se vea favorecida por este color, yo apunto a una visión global a través de un conjunto de pasos, empezando por el corte de pelo (fundamental), luego el color y por último el peinado, combinándolo con un maquillaje y estilo de vestir apropiado”– explica Lesur. Entre los tonos estrella preferidos suelen estar el dorado, el rubio ceniza y por supuesto, partir de una raíz más oscura hasta llegar a puntas casi blancas: “Siempre aconsejo las mechas californianas, ya que reproducen a la perfección un crescendo de color tal y como lo hace el sol y el mar de manera natural en nuestro pelo, cuando estamos de vacaciones en la playa, empezando con una raíz más oscura que se va aclarando a medida que llega a las puntas. También las babylights, muy sutiles para las que optan por cambiar de color de una forma gradual y discreta. Ambas técnicas requieren de poco mantenimiento y son las que menos dañan el cabello”.
Cómo mantenerlo con su color y brillo
El pelo rubio es más frágil que otros colores si se trata de un cabello teñido, porque estamos hablando de un proceso que implica decoloración y eso debilita y sensibiliza el pelo, con lo cual, es imprescindible cuidarlo y nutrirlo más que un pelo natural, que requiere los mismos cuidados que cualquier otro. David Lesur puntualiza sobre esto: “Existe una larga lista de productos apropiados para mantenerlo sano y con todo su color y brillo, incluso con pigmentos violetas para contrarrestar los reflejos amarillentos o azules para los anaranjados. En cualquier caso, aconsejo nutrirlo en cada lavado con acondicionador y por lo menos, hacerse una vez por semana un tratamiento profundo y reparador de la fibra capilar con mascarilla”.
Para que nuestro rubio en verano no se torne verdoso por el cloro o se chamusque por el sol, desde David Künzle advierten del alto riesgo de quemar el pelo e incluso el cuero cabelludo con determinados productos: “Debemos tener en cuenta que se está manipulando peróxido de hidrógeno de altos volúmenes y productos decolorantes volátiles y altamente peligrosos. Además, en lugar de llegar al rubio deseado, el cabello puede quedar de un color naranja oxidado o con un amarillo nada favorecedor”.
Sobre el rubio platino: técnicas y cuidados
Para saber el número de decoloraciones que necesitamos para un óptimo rubio platino, tenemos que partir de si se trata de un cabello natural o teñido, de su calidad, grosor, si es liso o rizado.
Generalmente, una sola decoloración no es suficiente, se aconseja practicar dos decoloraciones suaves en lugar de una fuerte que se puede realizar en un día. Este proceso, requiere de tiempo y paciencia. Para finalizar, se puede aplicar un matizador para llegar a un rubio más blanco o más ceniza, o con tonalidades en tonos rosas, azules, etc.
Pasadas unas horas de la peroxidación, David Lesur recomienda no lavarse el cabello durante dos días: “Es la mejor manera de que el cuero cabelludo vuelva a generar el film lipídico, que es un protector natural. Hay que usar protectores térmicos antes de usar la plancha y si usas coleta, evitar estirar demasiado el cabello, como así también los recogidos tirantes”.
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