Con la llegada del otoño y sus cambios climáticos, muchas personas con enfermedades reumáticas experimentan un empeoramiento de sus síntomas. La humedad y el descenso de las temperaturas son factores que influyen en la intensidad del dolor y la rigidez articular. Por ello, la Sociedad Valenciana de Reumatología ofrece una serie de recomendaciones para que los pacientes puedan afrontar esta temporada de la mejor manera posible.
El frío y la humedad pueden intensificar el dolor en pacientes con enfermedades como la artritis reumatoide, la artrosis y otras patologías reumáticas. Aunque estos cambios climáticos no influyen en la evolución de la enfermedad, sí pueden empeorar los síntomas, lo que aumenta el sufrimiento de quienes las padecen.
Una de las recomendaciones más importantes es mantener el calor. Para ello será necesario el uso de ropa abrigada y proteger las articulaciones, de esta forma se previene el aumento del dolor y la rigidez articular. El uso de guantes, gorros y capas adicionales puede ser de ayuda.
Ejercicio físico adaptado: la actividad física regular es esencial para mantener la movilidad de las articulaciones. Se recomienda realizar ejercicios suaves, como caminar o nadar, adaptando la intensidad a la condición física de cada persona. El sedentarismo ha de dejarse a un lado.
Otro de los consejos es evitar la humedad. Será preferible evitar la exposición prolongada a ambientes húmedos y fríos. Mantener los espacios secos y ventilados ayuda a reducir el impacto de la humedad en las articulaciones. Aplicar calor en las articulaciones mediante compresas calientes o baños tibios puede aliviar el dolor y la rigidez.
La alimentación e hidratación son también muy importantes. Se aconseja seguir una dieta equilibrada y mantenerse hidratado, estos consejos contribuyen al bienestar general y ayudan a mantener las articulaciones en buen estado. Por último, el control del estrés será clave, pues el estrés puede exacerbar los síntomas de las enfermedades reumáticas. Técnicas como la meditación o el yoga pueden ayudar a controlar los niveles de estrés.
Entre las enfermedades reumáticas más frecuentes se encuentran la artrosis, la artritis reumatoide, y los reumatismos de partes blandas, que afectan a estructuras como los tendones, músculos y bursas. Estas patologías, junto con la fibromialgia tienden a recrudecerse con el frío y la humedad, aumentando el número de pacientes que acuden a las consultas en esta época del año.
"Con la llegada del otoño los pacientes experimentan una exacerbación de sus síntomas reumáticos. Es fundamental seguir las recomendaciones de los especialistas para mantener la calidad de vida y evitar que estos cambios afecten negativamente la salud de los pacientes", ha señalado Pilar Bernabéu, presidenta de la SVR. Además, ha subrayado la importancia de ajustar el tratamiento en esta temporada: "Es importante seguir el tratamiento indicado y acudir a revisión si los síntomas empeoran, ya que muchas veces un ajuste en la medicación o las terapias puede marcar una gran diferencia".
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