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Desmantelan el parque de la Vega de Triana: árboles recién plantados, arrancados sin contemplaciones

Lo que debía ser un lugar para el paseo, la sombra y el respiro ciudadano ahora muestra un paisaje devastado
María del Carmen Calderón Berrocal
jueves, 9 de enero de 2025, 08:33 h (CET)

El descampado que alguna vez prometió transformarse en un pulmón verde en pleno corazón de Sevilla se ha convertido en escenario de una escena que indigna y desconcierta a partes iguales.


En el parque de la Vega de Triana, ese espacio que aspiraba a reconciliar la ciudad con el Guadalquivir, alguien ha decidido arrancar de cuajo los árboles recién plantados, dejando a su paso un terreno yermo y un eco de frustración.


Lo que debía ser un lugar para el paseo, la sombra y el respiro ciudadano ahora muestra un paisaje devastado. Restos de alcorques vacíos, ramas partidas y raíces expuestas son testigos mudos de una acción que nadie parece explicar ni justificar.


Los vecinos, atónitos, observan cómo el sueño verde se disuelve entre interrogantes y reproches. “No se entiende. Apenas los plantaron hace unos meses, ¿y ahora esto?”, comentan con gesto de impotencia.


Un proyecto verde que se tambalea


El parque, concebido como un esfuerzo por revitalizar la Vega de Triana, había comenzado a mostrar tímidos signos de esperanza con la reciente plantación de árboles. Las especies elegidas, adaptadas al clima sevillano, prometían con el tiempo dar sombra y color a un área históricamente descuidada. Sin embargo, los troncos arrancados y las huellas de maquinaria pesada cuentan otra historia.


La actuación de los equipos de Parques y Jardines debe ser inspeccionada y escrutada para que quien mande a los operarios hacer tamañas tropelías responda por ello. Árboles arrancados, talados sin más, podas abusivas, podas repetidas en un año hasta ocho veces en un mismo sitio y todo esto no es solo en la zona que comentamos, sino algo que afecta al Barrio de La Macarena y a otros barrios de Sevilla, a muchos, a demasiados. Hasta se ha oído decir de los operarios que “cuanto más cortemos más trabajo tenemos” y empiezan por un lado de la calle y, terminando por el otro extremo, vuelven al principio otra vez y así es el constante maltrato al arbolado sevillano.


El Ayuntamiento, que promovió la intervención para dotar a la zona de un espacio verde digno, ha evitado de momento pronunciarse sobre las razones de este aparente desmantelamiento. Tendrán que estudiar el caso porque lo merece. Mientras tanto, los ciudadanos se preguntan si esta agresión al parque es fruto de una planificación improvisada o de un descuido. La actuación de Parques y Jardines siembra descontentos múltiples y en la anterior legislatura hicieron barbaridades tales como las que se apuntan más arriba.


Entre promesas y gestos inexplicables


El parque de la Vega de Triana nunca tuvo un camino fácil. Desde su concepción, ha sufrido los vaivenes de la burocracia y los altibajos del interés político. Pero este último golpe no es solo un revés, es un atentado medioambiental, como se constatan día a día, contra la confianza de una comunidad que aún espera un espacio digno para vivir la ciudad, incluso se habla de boicot y mala praxis para poner en entredicho la gestión municipal; pero Parques y Jardines parece un ente con vida propia y no se viene caracterizando por la excelencia en jardinería, muy lamentablemente.


¿Quién ordenó arrancar los árboles? ¿Por qué, apenas unos meses después de ser plantados, se toma una decisión tan radical? Las preguntas resuenan en las calles del barrio mientras el futuro del parque y, con él, el ánimo de los vecinos, pende de un hilo.


¿A qué viene tanta poda, tantas agresiones sucesivas, tanta crueldad contra los árboles que son los que nos salvan de la contaminación y de los rigores del clima? Sevilla quiere buenos jardineros y hay ingenieros agrónomos en paro.


En Sevilla, donde el sol castiga sin piedad y la sombra de un árbol puede ser un lujo, la tala inexplicada de la Vega de Triana y otras muchas zonas, no es solo un desperdicio ecológico; es una agresión al medioambiente dejando tras de sí polvo y desolación.

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