El próximo viernes 17 de enero se estrena en exclusiva en Filmin "Hollywoodgate", el documental que más de cerca ha conseguido seguir a los talibanes. Se trata de la ópera prima de Ibrahim Nash’at, director y periodista egipcio, estrenada en festivales como Venecia, CPH:DOX o Atlàntida Mallorca Film Fest y que este año ha logrado entrar en la shortlist de los Óscar, convirtiéndose en uno de los 15 documentales más relevantes de la temporada.
La película se enmarca en 2021, cuando Estados Unidos se retira de Afganistán y los talibanes toman el poder. Las tropas estadounidenses dejan atrás material y bases militares como la de “Hollywood Gate”, en Kabul, una supuesta base de la CIA que los talibanes encuentran abandonada y deciden ocupar, seguidos de cerca por Ibrahim Nash’at. Allí encuentran aviones, armas y todo tipo de equipamiento militar que deciden arreglar para usarlo en su beneficio. Nash’at cuenta como, desde su casa en Berlín, vio unas escalofriantes imágenes de la salida de los aviones estadounidenses y miles de personas corriendo detrás, aferrándose a la estructura en un intento desesperado por huir del país. Le impactaron de tal forma que decidió empezar un documental: "Quería contar la historia sobre en manos de quién quedó este país".
Fue en esa primera etapa del régimen cuando Ibrahim Nash’at consigue contactar con MJ Mukhtar, un soldado que permite ser grabado con permiso de su supervisor, Mawlawi Mansour, el nuevo jefe de las fuerzas aéreas del gobierno. "Al principio, los medios de comunicación tenían más poder sobre ellos. Y también estaba ese ego, por supuesto: les encantaba que un extranjero los persiguiera. Esto les daba una sensación de importancia", explica el director.
Pero no todo el mundo estaba tan conforme con la idea del documental. Durante la película, se puede escuchar como hablan de él algunos de los soldados a los que se está filmando. Comentarios como: “Ese pequeño demonio nos está grabando” o, viniendo del propio Mansour: “Si sus intenciones son malas morirá pronto”. Nash’at explica que su forma de lidiar con esto fue, sencillamente, no enterarse: "Le pedí al traductor que no me dijera las cosas malas que decían de mí. No quería alterarme".
Conforme pasaba el tiempo y el poder de los talibanes se asentaba, comenzaron las sospechas sobre el documental. "El servicio secreto se me acercó y me dijo: Ven mañana con tu material a nuestra oficina, queremos revisar lo que tienes. Y supe que estaba en peligro. Así que dejé el país ese mismo día", cuenta el director. La pregunta ahora que ha salido el documental es, ¿existe todavía ese miedo?. Así responde Ibrahim Nash’at: "Al final, soy un ser humano, ¡por supuesto que hay miedo! Pero tomé la decisión de ir a Afganistán. Los afganos no tuvieron elección para vivir esta vida. Mi sufrimiento no es nada comparado con el de ellos".
|