 La montanera es la época del año en la que el cerdo ibérico aprovecha las bellotas caídas de las encinas y alcornoques. Prefiere la bellota de encina, con un sabor dulce y caracterizada también por caer antes al suelo. Como segunda opción, se decanta por la de alcornoque, a diferencia de la anterior, ofrece un sabor amargo. La fecha de inicio suele ser entre finales de octubre y principios de noviembre prolongándose hasta mediados-final de marzo. En esta fecha es cuando las bellotas empiezan a caer de los árboles, estando disponible para el cerdo en el suelo durante sus paseos en busca de comida.
Los animales suelen entrar en montanera con 80-90 kilos de peso y, durante el tiempo que dura la montanera (mínimo de 60 días), dobla su peso hasta los 170-180 kilos. Todos los cerdos no comen la misma cantidad de bellota y hierba, pero suelen comer diariamente entre 6-10 kilos de bellota y entre 1-2 kilos de hierbas y pastos naturales.
Depende de la climatología del año, el campo puede encontrarse con más o menos hierba, comida también indispensable en la alimentación del cerdo ibérico. La hierba es fundamental debido a que le refrescará la boca y le ayudará a seguir comiendo más bellotas, alimento este muy seco. Además, es una gran fuente de antioxidantes, ayudando a que el producto final (jamones o paletas) se conserven mejor si el cerdo ha consumido hierba.
En cuanto a la importancia de la bellota en la alimentación del cerdo ibérico, se debe a que uno de los componentes principales de la bellota es el ácido oleico. El alto contenido que tiene la bellota en ácido oleico no solo le aporta a los jamones de bellota sabores y aromas únicos, sino que lo convierten en un alimento muy beneficioso para nuestra salud. La propiedad más destacada es su función cardioprotectora. El ácido oleico en el jamón ibérico contribuye a mejorar la salud del corazón, ayuda a reducir el colesterol malo y los triglicéridos, a la vez que contribuye a regular la presión arterial.
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