La Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (FENACORE) solicita incrementar la inversión en presas y embalses para ejecutar todas las infraestructuras aprobadas en los Planes Hidrológicos, poder minimizar así los daños de los temporales y convertir el riesgo de sufrir inundaciones en una oportunidad para evitar las sequías. En su opinión, son necesarios un mínimo de 100 millones de euros al año para el mantenimiento de las presas en condiciones adecuadas de operatividad y funcionamiento ante fenómenos extraordinarios como las avenidas.

Así quedó de manifiesto durante su XXIII Jornada Técnica, en la que FENACORE presentó una hoja de ruta preventiva ante emergencias meteorológicas e informó de su petición al Gobierno para que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA) asuma las competencias del agua con el objetivo de impulsar las inversiones pendientes en infraestructuras hidráulicas.
Tras analizar las consecuencias de la DANA del pasado octubre y de las recientes lluvias torrenciales del mes de marzo con el objetivo de aplicar las lecciones aprendidas, FENACORE propone a todas las Administraciones y a todos los actores públicos y privados afectados una hoja de ruta trazada para buscar soluciones conjuntas y estar preparados ante futuros temporales.
Impulso a las obras hidráulicas
En primer lugar, la Federación reclama destinar más recursos a los embalses como principales infraestructuras para controlar las inundaciones, minimizar las consecuencias de riadas y desbordamientos y, al mismo tiempo, ayudar a hacer frente a las periódicas sequías cada vez más frecuentes.
FENACORE solicita ejecutar las 29 presas aprobadas en los actuales Planes Hidrológicos desde 2023. En este sentido, sugiere destinar los 2.500 millones de euros presupuestados en la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos a la ejecución de las obras hidráulicas y embalses.
FENACORE también defiende, cuando sea necesario por el riesgo de desbordamientos, el encauzamiento de ríos y barrancos en su cruce con zonas urbanas con grave peligro de inundación para controlar y aumentar la capacidad del flujo de agua, proteger infraestructuras y viviendas cercanas al cauce. Estas actuaciones demostraron su utilidad tanto el pasado 29 de octubre en Valencia como en las últimas lluvias de Talavera.
Actuaciones en cuencas y cabeceras
La hoja de ruta desgrana otras actuaciones en los cauces y en las cabeceras de las cuencas hidrográficas. Por ejemplo, alude a las replantaciones y a la reforestación en las cabeceras de los ríos para facilitar la retención del agua de lluvia, además de reducir y ralentizar la escorrentía superficial de las lluvias torrenciales.
Otro punto consiste en garantizar la limpieza de cauces para mantener los ríos en buen estado funcional y ecológico, cumpliendo con su rol ambiental, social y de protección frente a inundaciones con la capacidad de evacuación suficiente.
FENACORE plantea en determinadas zonas eliminar las cañas porque reducen la biodiversidad, alteran los ecosistemas y son una especie invasora que no deja espacio para convivir con otras especies ni ofrece un hábitat amigable para los animales. De ahí que recomiende gestionar los ríos favoreciendo su funcionalidad hidráulica y ambiental. De igual modo, defiende la realización de corredores verdes en los ríos y barrancos, y favorecer la biodiversidad sin esperar a que la naturaleza se “autorregule” .
Coordinación de las administraciones
En esta hoja de ruta preventiva, FENACORE urge a coordinar a todas las Administraciones Públicas ante estas catástrofes y, para ello, pide mejorar los protocolos de actuación en las competencias meteorológicas, de obras hidráulicas y de protección civil y emergencias.
De forma paralela, la Federación asegura que para estar preparados frente a futuros temporales hay que mejorar los protocolos de avisos, realizar simulacros de evacuación y reforzar las campañas informativas entre la población.
Ordenación del territorio
En cuanto a la ordenación del territorio, los regantes opinan que las administraciones deben priorizar la seguridad y la sostenibilidad, restringiendo la construcción en áreas vulnerables y adaptando las infraestructuras en zonas de alto riesgo de inundación.
FENACORE alerta de que España tiene un riesgo de desertización del 75% de su territorio y, al mismo tiempo, cerca de 3 millones de personas viven en zonas potencialmente inundables en un período de retorno de la inundación de 500 años.
Acelerar las indemnizaciones a todos los niveles
Finalmente, FENACORE sugiere una batería de medidas destinadas a la reparación urgente de los daños. Entre otras, agilizar las ayudas directas para mitigar las pérdidas de producción y acelerar la reactivación de las zonas anegadas; aprobar una exención transitoria de tarifas y cánones de regulación durante los próximos años a todos los usuarios en las zonas declaradas catastróficas, con independencia de los volúmenes de agua que se puedan usar; y crear una partida presupuestaria de 2.000 millones de euros procedentes de los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
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