“En los últimos años, dependiendo del hospital, entre el 15 y el 25% de los partos pueden ser inducidos” asegura el Dr. José Luis Bartha, Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario La Paz, Catedrático de obstetricia y ginecología de la UAM y Co-Presidente del Comité Organizador del XXV Congreso Nacional de Medicina Perinatal que se acaba de celebrar en Madrid.
La tasa de inducción es cada vez mayor en nuestro país, ya sea por motivos maternos o por motivo fetal, por eso los especialistas precisan métodos seguros que puedan llevarse a cabo incluso en mujeres en las que el cuello del útero todavía no ha madurado, métodos que permitan reblandecerlo y acortarlo para iniciar el parto de forma efectiva y sobre todo segura para la madre y el feto.
La inducción se plantea en caso de embarazo cronológicamente prolongado, en la semana 41 justo una semana después de haber cumplido la fecha probable de parto, y en caso de rotura prematura de membrana con el embarazo a término. También se induce el parto en caso de enfermedades maternas como diabetes o cuando el feto tiene algún problema.
Para la inducción los especialistas utilizan métodos mecánicos o métodos farmacológicos que son seguros. “Los métodos farmacológicos más frecuentes son oxitocina y prostaglandinas” de las que se dispone hasta de un dispositivo de liberación vaginal que permite su retirada en caso necesario indica el Dr. Bartha.
Para el Dr. Alberto Galindo, Jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario 12 de Octubre, Profesor Titular de Obstetricia y Ginecología de la UCM y Co-Presidente del Comité Organizador del Congreso, “junto a la prematuridad y los trastornos relacionados con la disfunción de la placenta, incluyendo la preeclampsia y el retraso del crecimiento, la hemorragia posparto ocupa un lugar estelar entre las preocupaciones del obstetra” y continúa “siendo la hemorragia posparto, los accidentes tromboembólicos y la disfunción placentaria los problemas que más nos preocupan como obstetras por ser las principales causas de mortalidad materna, incluso en países tan desarrollados como el nuestro”.
En España, la HPP complica del 3 al 5% de todos los partos, abordándose con diferentes estrategias más o menos agresivas siendo las farmacológicas las menos y las quirúrgicas las utilizadas en casos más graves. Según el Dr. Galindo “afortunadamente tenemos un arsenal de medidas cuya aplicación esta protocolizada en muchos hospitales con el fin de evitar problemas mayores en las mujeres que acaban de dar a luz que está permitiendo reducir de forma clara y dramática las complicaciones graves relacionadas con la HPP”.
A los fármacos clásicamente utilizados para tratar la HPP, en los últimos años se ha unido para su prevención la carbetocina que, según el experto” se va a situar de forma clara entre nuestra prioridades porque tiene una serie de ventajas respecto a lo que hemos tenido clásicamente, como escasos efectos secundarios, dosis única y ser estable a temperatura ambiente, y aunque su uso solamente está contemplado a día de hoy para la paciente que acaba de dar a luz por cesárea y no para el parto vaginal creo que más pronto que tarde vamos a ver como se aplica después de un parto vaginal”.
Más de 400 especialistas, obstetras, ginecólogos y residentes de toda España que se dedican a la medicina perinatal o medicina materno fetal, han abordado durante tres días “los aspectos más controvertidos y los aspectos más novedosos pero ya consolidados dentro de la perinatología moderna, que están contribuyendo a que hagamos mejor las cosas en nuestro país” asegura el Dr. Galindo, cuyo contenido científico se ha estructurado en 10 grandes bloque de temas, que van desde la patología materna, los embarazos gemelares, el crecimiento intrauterino retardado, las infecciones perinatales o la prematuridad hasta temas muy diferentes y muy especializados como la terapia fetal.
|