La Real Sociedad venció este viernes a la UD Las Palmas (0-1) en el encuentro que inauguró la 24ª jornada de LaLiga Santander en un buen partido del equipo canario, gracias a un solitario gol de Xabi Prieto que les mantiene en la pelea por los puestos de Liga de Campeones y ahonda en la crisis del conjunto de Quique Setién, que suma ya cuatro derrotas consecutivas.
La fortuna estuvo de parte de los de Eusebio Sacristán, que consiguieron el único gol del partido en la segunda parte aprovechando un error de Javi Varas que terminaría valiendo tres puntos. La victoria les sitúa provisionalmente a un punto del Atlético de Madrid, y con ella cierran la herida de la derrota en la última jornada ante el Villarreal.
Los locales, que tuvieron un control absoluto del juego desde la media hora hasta el tanto del capitán realista, no supieron aprovechar las numerosas ocasiones de un muy buen Tana y Kevin-Prince Boateng. Jesé Rodríguez, por su parte, cuajó una gran actuación, pero tampoco estuvo acertado de cara a portería. Esta derrota, sumada a las tres anteriores que cosecharon en el campeonato regular español, les aleja un poco más del sueño europeo, que está ahora a 11 unidades.
La Real fue dueña de la pelota durante la primera media hora de partido, y fruto de ello legaron sus mejores ocasiones. La más temprana fue de Yuri en el minuto 12, con un disparo que salió desviado tras una jugada ensayada. Más adelante Oyarzabal tuvo otra opción clara de meter el primero a pase de Odriozola desde la línea de fondo, pero el balón se fue alto por poco.
Los locales, que empezaron metidos en su campo y buscando las carreras de Jesé y Boateng, fueron de menos a más y tuvieron sus mejores minutos de la primera mitad en la recta final de la misma. Jesé estuvo muy activo en el ataque insular, pero sus ganas de estrenarse en el equipo de su ciudad natal le cegaron y no tuvo ninguna ocasión clara para abrir el marcador.
La segunda mitad arrancó como había terminado la primera, con Las Palmas dominando y sumando dos ocasiones de Tana en diez minutos. En la primera, el canario la mandó fuera en un mano a mano con el meta realista a pase del ex del Real Madrid. Tan solo cinco minutos más tarde lo intentó con un disparo raso que obligó a Rulli a sacar una mano providencial. Tanto Jesé como el propio Tana fueron los mejores del ataque del equipo local, que creó peligro especialmente por la banda derecha.
Por su parte, Eusebio dio entrada a Canales a falta de veinte minutos para el final en un intento por devolver la confianza al equipo 'txuri-urdin', que estaba sufriendo el acoso de los de Quique Setién. El tanto llegaría solo cuatro minutos después del cambio.
Xabi Prieto aprovechó un error garrafal de Javi Varas en un pase en corto que recogió el capitán de la Real y, tras controlar, disparó aprovechando que el meta estaba descolocado. Tras el gol se desinfló el equipo isleño, que cedió terreno para terminar perdiendo tres puntos que mereció con creces.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.