El número de jóvenes que afirma haber tomado algún tratamiento para la disfunción eréctil (DE) ha aumentado un 15% en los últimos años, según un análisis de Boston Medical Group entre más de 16.000 pacientes atendidos desde 2011. Entre las posibles causas que apunta el análisis se encuentra la compra por Internet de supuestos tratamientos para la DE y la presión social que sufren muchos jóvenes de no fallar en sus relaciones sexuales. “Muchos jóvenes acuden a estos remedios que encuentran con facilidad en la Red y sin un diagnóstico previo, lo cual puede conllevar riesgos”, advierte el doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group en España.
El hecho de que haya tratamientos para la DE que se puedan comprar por Internet o en establecimientos de todo tipo favorece que “haya hombres que, por la obsesión de no volver a fallar, recurran a ellos sin consultar con un especialista, y sin contemplar los efectos secundarios o las contraindicaciones que pueden tener”, advierte. Cuando se trata de medicamentos “necesitan ser indicados por un especialista en salud sexual masculina que haya analizado el caso concreto y conozca la historia clínica del paciente, para descartar otras patologías asociadas que pueden ser el origen del problema como la hipertensión”, indica. Según el análisis de Boston Medical Group, el 37% de los hombres menores de 45 años con DE tarda más de tres años en consultar con un especialista.
El 50% de los medicamentos que se venden por Internet son falsos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los supuestos fármacos para la DE comprados online “se encuentran entre los más demandados, pero, al no contar con controles sanitarios, pueden conllevar importantes riesgos para la salud”, explica el doctor Benítez. Un estudio reciente publicado en la revista Translational Andrology and Urology concluye que el uso de pastillas falsificadas para mejorar la salud sexual puede ser peligroso al contener contaminantes perjudiciales y cantidades inexactas del principio activo, además de interacciones potencialmente peligrosas con otros medicamentos.
La disfunción eréctil se define como “la incapacidad de obtener y mantener una erección que facilite el acto sexual satisfactorio”, indica el doctor Benítez. Sin embargo, hay que tener en cuenta, “que un simple gatillazo que puede sufrir cualquier hombre a lo largo de su vida, no tiene por qué esconder una patología detrás”. Los síntomas que pueden hacer sospechar la existencia de DE son dificultad para alcanzar la erección, al menos una vez cada cuatro actos sexuales; erección débil o menos rígida, persistente durante seis meses; o erecciones espontáneas por la mañana menos frecuentes y con menor rigidez. Además, “puede aparecer si se llega al clímax más rápido, en menos tiempo o con una erección incompleta; en caso de pérdida de erección al cambiar de postura; o cuando no se consigue una erección en absoluto”, afirma.
Si los problemas relacionados con la erección son esporádicos, lo recomendable, según el doctor Benítez, “es evitar ante todo el estrés y el nerviosismo asociados, hay que procurar un estado de relajación y tomarnos el fallo como algo normal que nos puede pasar a todos. Pero, sobre todo, no recurrir a la automedicación”.
Hábitos saludables
La DE es un problema común asociado al envejecimiento pero puede aparecer a cualquier edad. De hecho, uno de cada cuatro hombres diagnosticados en Boston Medical Group tiene menos de 45 años. Existen una serie de hábitos de vida “que pueden contribuir a su aparición como el consumo indiscriminado de grasas, alcohol o tabaco, el sedentarismo y la falta de ejercicio físico”, afirma el doctor Benítez. Así, el análisis realizado por estas clínicas concluye que el 70% de los pacientes de entre 26 y 35 años y el 66% de entre 36 y 45 consume alcohol de manera eventual y cuatro de cada diez fuman. Y es que, el 90% de los casos de DE son debidos a causas orgánicas, y un 10% a psicológicas. “Se trata de una patología muy ligada a la hipertensión, el colesterol elevado, la obesidad o la diabetes”, destaca.
Ante todo, “lo importante es consultar con un experto en salud sexual masculina para descartar cualquier tipo de patología, incluidas las asociadas y poder poner solución a los problemas de erección”, recomienda el doctor Benítez. Además, pueden ser útiles los siguientes consejos:
Eliminar el tabaco: una cajetilla diaria aumenta en un 60% las posibilidades de padecer DE.
No abusar del alcohol: hasta seis de cada diez hombres en estado de embriaguez no tienen una respuesta de erección satisfactoria para mantener relaciones sexuales.
Evitar el consumo de drogas: un 27% de los hombres adictos a la cocaína presentan dificultades para lograr una erección.
Seguir una dieta saludable: el exceso de peso y la obesidad se relacionan con desórdenes metabólicos que desembocan en patologías muy relacionadas con la DE como las cardiovasculares o la diabetes.
Practicar ejercicio físico: practicar 40 minutos al día tres o cuatro veces a la semana puede reducir el riesgo cardiovascular y, por tanto, el de padecer DE.
Mantener una vida sexual activa: mantener relaciones sexuales frecuentes reduce las posibilidades de padecer DE puesto que activa la circulación de la sangre.
Acudir a un experto en salud sexual masculina: si se tienen síntomas relacionados o dudas al respecto, antes de recurrir a la automedicación, lo mejor es acudir a un experto para que pueda realizar un diagnóstico e indicar el tratamiento más adecuado a cada caso.
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