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El año de… RAFAEL NADAL | |||||||
Las ATP World Tour Finals en Diario Siglo XXI | |||||||
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[PULSA AQUÍ PARA VER TODOS LOS REPORTAJES] [PULSA AQUÍ PARA VER LA CRÓNICA DE CADA JORNADA] Ha sido un año increíble. Fantástico. Espectacular. Pónganle el adjetivo que deseen, pero el 2011 de Rafael Nadal es todo menos decepcionante. Un Grand Slam (siempre nos quedará París…), un Masters 1000 (…Montecarlo…), un ATP 500 (…y Barcelona). Los deberes donde se supone que el balear debe hacerlos. El resto se ha quedado a un nombre de la gloria.
Pero ojo a la frase y al verbo. A pesar del estado de gracia divina del de Belgrado, Rafa no ha dejado de dar todo lo posible para superar a su nuevo némesis. El Nadal de siempre, luchador, sacrificado, dispuesto a avanzar un milímetro aunque le lleve once meses de trabajo. Se han perdido seis finales, pero se ha llegado a seis finales. Lo de la llenez para arriba o para abajo de la dichosa botella, vamos. Además, las derrotas no se han quedado solteras en 2011. La enésima versión de ‘lucha de gigantes’ se dio en Roland Garros. “5-2 a favor en el primero, juego de lujo, es mi día. ¿Es mi día?” Con Rafa en París (el de arcilla) no hay días ni noches para nadie. Roger sucumbió por cuarta vez en la Philippe Chatrier ante (esta sí que sí) su bestia negra en polvo de ladrillo. Seis títulos, SEIS TÍTULOS, ¡¡SEIS TÍTULOS!! El heredero de Borg honrando su leyenda en su décimo (DÉCIM… bueno, ya saben) Grand Slam. #elmejordeportistaespañoldelaHistoria. Queda largo, pero no sobra ni una palabra. Ahora vuelve a Londres tras la final de 2010, y con un Masters extra de descanso que ayude a recomponer un físico renqueante desde Australia debido a un calendario asesino. Nole sufre del hombro, a Murray se la ha acabado la racha de victorias y Roger le debe una en el O2. ¿Podemos soñar con el gajo que falta? El Masters es el Santo Grial de Rafael, el trofeo rebelde que se resiste a formar parte de un museo deslumbrante. Una de maestros y una Davis on the rocks. Dos copas de altísima graduación para una resaca final memorable. El décimo Grand slam no podía llegar de otra forma. Roland Garros y contra Roger. Déjà vu en París. |
De este modo, se genera una experiencia de 360º, donde el cliente se siente cómodo y establece una relación de fidelidad con la compañía.Sin embargo, este proceso también se da en las plataformas de streaming, que se han volcado para retransmitir una gran cantidad de eventos deportivos.
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