Tras dos derrotas consecutivas en las salidas a las canchas de
Maccabi y Partizán, los de Pablo Laso recibían a los otomanos, irregular
en el arranque de competición, pero imbatido a domicilio, pues el
conjunto de Ufuk Sarica había vencido en sus visitas a Belgrado y Milán.
Tras la paliza infringida por los merengues, el Madrid cuenta con tres
victorias y dos derrotas en su haber, y lo que es más importante, el
'basket average', prácticamente ganado al Efes Pilsen, algo de especial
relevancia en un grupo tan disputado como el C.
Los blancos se impusieron en el salto inicial, y desde ahí, se
distanciaron en el marcador (11-4), con un entonado Rudy Fernández que
no encontraba dificultad alguna para penetrar. Minutos después, sería el
balear el que pondría en pie la Caja Mágica, anotando un espectacular
'alley-oop'. Por dentro, la aportación de Tomic en el poste bajo, fue
clave para que el primer acto concluyera con una ventaja de seis puntos
(24-18) a favor de los merengues.
El breve descanso pareció caerle mejor a los otomanos, aunque todo
quedó en un vano intento, ya que los pupilos de Pablo Laso se mostraron
muy acertados ante el aro rival, y al contrario que en anteriores
partidos, varios fueron los efectivos blancos que se repartieron la
anotación. Si bien, el Madrid volvió a incurrir en un mal endémico de
este curso, las inocentes pérdidas de balón. Pese a ello, el combinado
blanco encaró el vestuario con una inesperada ventaja de catorce puntos
(50-36), en un envite que se presuponía combatido e igualado.
De vuelta a la cancha, los turcos capearon el temporal ofensivo de
los locales. En el regreso a la que fue su casa hace unas temporadas el
base Kerem Tunceri se reveló como el mejor de los de Ufuk Sarica,
aunque no encontró el respaldo de sus compañeros, donde defraudaron
'muñecas' normalmente infalibles, como las de Ilyasova e Ilievski.
Tras un buen arranque, los otomanos se desvanecieron. No sólo es
que resultaran inoperantes en ataque, a excepción de algún arrebato
individual de su pléyade de estrellas, sino que defendían en estático
las veloces acometidas madridistas, lo que les dejó en evidencia en más
de una internada local. De este modo, el Real Madrid dejó prácticamente
concluido el partido al término del tercer cuarto, superando en 19
puntos (81-62) al Efes Pilsen.
Pese a las dos derrotas encajadas por el Real Madrid en la
Euroliga, comprensibles por la entidad de sus rivales y la hostilidad de
las canchas visitadas, Pablo Laso parece haber recuperado la esencia
del baloncesto blanco, con ataques a velocidad de vértigo que catapultan
al equipo a más de 80 puntos por encuentro.
En esta ocasión fueron un renacido Suárez y el 'cañonero' Carroll
quienes machacaron a los turcos desde la línea de 6,75 metros, y el
capitán Felipe Reyes el que se convirtió en un titán en la 'pintura'
para rebotear y anotar todas las pelotas sin dueño.
Heridos en su orgullo, los de Ufuk Sarica protagonizaron unos
buenos últimos minutos, lo que les sirvió para maquillar el marcador e
impacientar al público local, puesto que la victoria era blanca desde
hacía muchos minutos. Con el 104-84, se puso un broche de oro al
encuentro, en lo que supone el tercer triunfo del Real Madrid en la
Euroliga, a la conclusión de la vuelta del grupo C.
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