Duelo directo por evitar el descenso (dom 16:00)

No ha sido precisamente bien avenida la última y definitiva derrota en Champions League para el Villarreal. Tras firmar la peor fase de clasificación de un equipo español en Europa, a los amarillos sólo les queda la Liga. Pero, ¿en qué sentido? Tanto aficionados como prensa comienzan a asegurar que la pugna que le espera al Villarreal esta temporada debe basarse, tras los resultados cosechados hasta la fecha, en mantener la categoría y no en intentar buscar quimeras de posiciones europeas. Sin duda, un paso atrás para el Submarino.  

La Real, por su parte, visitará el esplendido Madrigal con la intención de conseguir su tercera victoria consecutiva. Después de un mal comienzo de Liga, parece que los hombres de Montanier reaccionan a tiempo y se distancian con el margen que deja una victoria de los puestos de descenso.

La resurrección de la Real

Esto ha calmado los nervios que se habían acumulado sobre la figura del técnico francés. Los txuri-urdin llevan acarreados tres envites sin ser derrotados y la forma de conseguir los tres puntos en los dos últimos encuentros tras dos grandes remontadas deja prácticamente en un segundo plano un bache superado tras pasarse siete jornadas consecutivas sin conocer la victoria. Tal vez por eso, un nuevo triunfo ante el Villarreal corroboraría el buen estado de los donostiarras con una escalada en la clasificación.

Y no queda lejos la idea de que la Real consiga sumar otros tres puntos en El Madrigal. Philippe Montanier ya trabaja con toda su plantilla al completo excepto con Markel Bergara. Además, el feudo amarillo es uno de los preferidos por los vascos, puesto que sólo se registran dos victorias del Villarreal. La primera se remonta a la temporada 2003-2004, mientras que la segunda, conseguida el año pasado, coincidió con la vuelta de Joseba Llorente a tierras castellonenses.

 Garrido, en el punto de mira

Pese a llevarse sólo un punto de diferencia, las cosas son muy distintas en levante. Sentenciados en Europa donde no pudieron sumar ni un solo punto en la fase de grupos de la Champions, completar una buena Liga es la única esperanza que les queda a los amarillos antes de comenzar con la Copa del Rey. A Juan Carlos Garrido le queda poco margen de error si quiere continuar como dirigente de la plantilla, puesto que la afición ya ha pedido en más de una ocasión la cabeza del técnico valenciano.

Es difícil asimilar que un equipo que terminó como cuarto clasificado la pasada campaña está lidiando con el descenso sobre un ínfimo colchón de dos puntos. El Villarreal se ha convertido en un equipo que siempre sufre en todos los partidos; le cuesta anotar goles y, en contraposición, es muy fácil romper su frágil línea defensiva para perforar la portería de Diego López.

No obstante, Garrido asegura tras recuperar a gran a un vasto número de bajas, que a partir de estos momentos ya se le puede comenzar a exigir lo máximo a su equipo. Cani y Borja Valero, que se quedo fuera del encuentro de Champions por una gastroenteritis, vuelven a la convocatoria, como ya lo hicieron hace escasamente una semana Zapata y Nilmar. Gerard Bordás, Catalá y, por supuesto Rossi, son los únicos componentes con los que el Villarreal no podrá contar para medirse hoy contra la Real Sociedad, amén de Musacchio, que deberá cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas.