Rodeado de sus más fieles asesores, y con el apoyo de los que serán sus ministros, el gobierno popular tiene ante sí un reto que se presenta más que difícil. Debe reconstruir, en el menor tiempo posible, la economía de un país fuertemente castigado por la crisis.
Para ello, Mariano Rajoy deberá mejorar la competitividad de las empresas españolas, reformar el sistema fiscal, el educativo, aumentar el apoyo y mejorar las condiciones de las pequeñas y medianas empresas. Y entre tanto, seguro que no falta la tan nombrada reforma de la Seguridad Social Española.
Para llevarla a cabo, hay quienes dicen que se debe prolongar todavía más la edad de jubilación. Otros mantienen que se deben eliminar las prejubilaciones que apartan del mundo del trabajo a personas que tan sólo rozan la cincuentena. Lo que muy pocos sostienen, es la importancia de fomentar una buena política de natalidad que asegure algo tan básico como la simple supervivencia de nuestro sistema sociosanitario.
Las cifras son alarmantes. Las estadísticas del INE reflejan que el número medio de hijos por mujer ha caído hasta los 1,38. Además, la edad de acceder a la maternidad en España se sitúa en torno a los 31,2 años, edad que se aleja de la media europea, situada en los 28,7. La bajada de la cifra de nacimientos es resultado, principalmente, a una reducción progresiva del número de mujeres en edad fértil. Además, la dificultad que experimentan muchas mujeres en el momento de compaginar la maternidad con el desarrollo de su carrera profesional propicia en muchos casos esta situación.
Garantizar la continuidad del sistema de pensiones en España pasa necesariamente por crear una buena política de natalidad que favorezca el crecimiento de población en un país claramente envejecido. Y, sin lugar a dudas, facilitar la conciliación y la igualdad entre todos los trabajadores y exigir el cumplimiento de derechos adquiridos serán algunos de los aspectos que nos ayudarán a conseguirlo.
|