Lo fácil para ahorrar
dinero es no pagar lo que se debe. Como aquel aldeano que para ahorrarse el
alimento del burro lo fue acostumbrando a no comer. Y cuando el burro se
acostumbró, murió de hambre. Tal parece que el Govern quiera hacer lo mismo con
los funcionarios; ya les rebajó el sueldo un 5 % en verano del año pasado y en
diciembre, con efectos retroactivos, les cargó el 5 % de todo el primer
semestre de 2010.
Pero tal vez con lo que el
Govern no cuenta es que los funcionarios no son burros y no van a acostumbrarse
a dejar de comer; dejar de pagar el alquiler o la hipoteca, el colegio de los
niños o las minivacaciones a las que se han visto ya abocados; de eso nada.
Ahora, en un más difícil
todavía, el Govern acumula la mensualidad de diciembre con el 20 % de la paga
extraordinaria de los funcionarios, pero les descuenta íntegramente el IRPF del
100 % de ambos conceptos, lo que constituye un fraude al trabajador que ve
mermados doblemente sus emolumentos de Navidad.
El mismo President Mas, se
ha disculpado públicamente por el error dice, pero ha sido algo indudablemente
premeditado porque el “Govern de los mejores” no puede cometer una tropelía tal
por desconocimiento; a otro perro con ese hueso.
También el conseller de
Economía, Mas-Colell, de reconocido prestigio internacional por su labor
académica que no empírica, se ha echado las manos a la cabeza, seguramente para
sujetársela y evitar que la primera que ruede sea la suya y ha achacado el
error a no sé qué empleado –funcionario– de su departamento al que seguramente
reprenderán en público –veremos– y en privado le acariciarán el lomo.
Pero de devolver el dinero
retenido impropiamente nada de nada; todo palabras y sólo palabras, muy propio
de la clase política. Una ocasión más para fomentar el desarraigo de los
ciudadanos con los políticos; luego se quejan del desafecto.
Hay ciudadanos que han
elegido libre y voluntariamente la carrera funcionarial, asumiendo una menor
compensación económica que sus iguales de la empresa privada, por otras
prestaciones que tal vez estos no tengan; lo compensan con mayores
retribuciones. Como bien dijo el desaparecido José María Aguirre Gonzalo
(1897-1988) ingeniero de caminos y durante muchos años presidente del Banco
Español de Crédito: “El pan de la Administración es
escaso pero muy blanco.”
Pues tal es el pan
escogido por miles de ciudadanos: escaso pero blanco. Lo que no da derecho
alguno a la propia Administración a que en situaciones de crisis como la
actual, reduzca más aún la cantidad de pan y encima este comience a
oscurecerse.
Escasos recursos demuestra
disponer la Administración si el primer tajo a los gastos (?!) para reducir el
despilfarro ha de ser comiéndose parte del pan de sus funcionarios. Ha sido un
perverso aguinaldo de Navidad.
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