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No aparte la vista de este triunfo

Americans Elect acaba de asegurarse una plaza en California
Ruth Marcus
miércoles, 4 de enero de 2012, 07:59 h (CET)
WASHINGTON -- A pesar de la trepidación de las primarias propia de una montaña rusa, las generales prometen otro giro extraño más: la probable presencia en la lista de los 50 estados de un tercer candidato -- de identidad, e ideología, desconocidas.

Esta baza política de la era de la red es Americans Elect, que acaba de asegurarse una plaza en California, lo que significa que tiene derecho ahora a aparecer en las listas de 13 estados y ha recogido firmas en los otros 17 que comprende el proceso de firmas en vísperas de año electoral.

Con un colchón de 22 millones de dólares hasta la fecha, el colectivo pretende saltar las barreras logísticas e ideológicas que limitan las opciones de los votantes y empujan a los candidatos a los márgenes.

Los delegados de Americans Elect -- cualquier votante registrado que se apunte online en realidad -- eligen una lista presidencial a través de sucesivas vueltas de votación en la red que culminan en la elección en junio de un candidato. El candidato vicepresidencial de esta lista electoral de unidad tiene que salir de una formación política distinta.

De visita hace poco en la oficina en Washington de Americans Elect, empecé siendo escéptica e indecisa. Me marché impresionada -- y sigo indecisa.

La parte impresionante es el maridaje de fortaleza organizativa y dedicación a la hora de superar la parálisis política que exhibe el colectivo. Soy la tonta reincidente de las empresas de las soluciones bipartidistas.

La parte que me marea es el uso de fondos de procedencia desconocida por parte del colectivo – Americans Elect no publica de forma rutinaria la lista de donantes -- y el potencial para la gamberrada electoral a pesar de sus mejores intenciones.

¿Se convertirá Americans Elect en el vehículo útil de una lista electoral de centro, o corre el riesgo de verse secuestrada por, digamos, los partidarios bien organizados y diestros en el manejo de la red de Ron Paul, que ya es el candidato más seguido en el portal del colectivo? Ahora mismo Donald Trump ha abandonado el Partido Republicano y podría estar entreteniendo la idea de postularse a los comicios de Americans Elect.

El atractivo de Americans Elect es evidente en un momento en el que los integrantes de las instancias más elevadas de la administración pública temen que el sistema político esté profundamente averiado.

"Fundamental para nuestra teoría es que si podemos cambiar la forma en que elegimos candidatos, podemos cambiar la forma en que gobernamos", dice Elliot Ackerman, un veterano de guerra de Irak y Afganistán cuyo padre, el banquero de inversiones Peter Ackerman, puso más de 5 millones de dólares en una primera inversión para poner en marcha Americans Elect.

Pero existe una ironía problemática en la noción de que la única forma de reparar nuestra democracia con defectos implica dinero de fuentes ocultas, y hay un importante interrogante en torno a si una organización cuyo objetivo declarado es tomar parte en las presidenciales -- y aparece en las listas estatales como partido político -- puede decir que es organización sin ánimo de lucro no obligada por la ley a dar a conocer la lista de donantes.

Americans Elect aduce que el secreto es necesario porque protege del miedo a represalias por desafiar el estatus quo de Washington. Su candidato eventual obedecerá reglamentos ordinarios que obligan a dar a conocer y a limitar las donaciones.

Luego están las dudas en torno a las reglas que ha puesto el colectivo para garantizar que los candidatos que se presentan son adecuadamente demócratas con -d minúscula Un "comité de homologación de los candidatos" está facultado para decidir los candidatos que tienen derecho a la candidatura y las listas que son lo bastante bipartidistas.

El colectivo relajaba hace poco el reglamento para permitir que la votación de delegados por mayoría simple, en lugar de los dos tercios, se imponga a la decisión del comité. Pero existe una tensión inherente entre garantizar que hay una lista equilibrada y homologada y un proceso abierto, situación que el asesor de la campaña Obama David Axelrod criticaba por ser "superdemocracia con responsables en la sombra".

Ackerman y sus colegas afirman que es el momento propicio para que haya un candidato de una tercera formación -- no para escorar el proceso electoral al estilo Ralph Nader en el 2000, sino para ganar las elecciones. Cuando en 1992 se postuló Ross Perot, destacan, el 39% del electorado dijo no estar contento con la forma en que era gobernado. La cifra de descontentos se ha disparado el 81% en la actualidad.

DE ACUERDO, pero -- poniéndonos en lo peor -- el candidato de Americans Elect no va a ganar en 2012. Las candidaturas prácticas de una tercera formación prosperan cuando se centran en torno a un candidato carismático -- Perot, Teddy Roosevelt. El ex gobernador de Louisiana Buddy Roemer, el único candidato hasta el momento, no encaja en ese perfil. ¿Está por ahí, alcalde Bloomberg? ¿Alguien quiere a Jon Huntsman?

Aun así, Americans Elect podría jugar un papel en los estados en el aire, donde un informe del colectivo Demócrata centrista Third Way sitúa significativamente al alza el registro electoral entre los independientes.

En ausencia del candidato, es difícil apostar a la formación que sale beneficiada, aunque como destacan en Third Way, los independientes son la clave de la apuesta presidencial de reelección. Por contra, en la medida en que las terceras formaciones tienden a ser el refugio de la opinión contra los legisladores en ejercicio, el grupo puede restar votos al candidato Republicano.

En estos tiempos crispados, el colectivo Americans Elect es un fenómeno a tener presente.

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