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La barbarie afgana | |||
Sahar Gul, la última cara de la violencia machista | |||
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Con 15 años, esta joven, Sahar Gul, ha vivido una experiencia que jamás podrá olvidar. Encerrada en un sótano de la casa de su familia política en la provincia Baghlan, en el norte de Afganistán, ha sufrido todo tipo de palizas, quemaduras de cigarros y demás vejaciones realizadas por su propio marido que le dobla en edad. Por desgracia, esto no es ni mucho menos el final. Por mucho que el portavoz de Interior Afgano, Sediq Sediqi, diga que "continuamos con la búsqueda de los responsables. Hemos arrestado al suegro y tenemos a un equipo de diez agentes buscando al resto de la familia, entre ellos el marido de la chica torturada" la impunida sobre estos actos continuará. Los hechos se suceden y la violencia continúa, hace unos días, nuestro corresponsal en Afganistán, Amador Guallar lo contaba así: La foto que no pude tomar, vergüenza mía |
Cuatro años después del golpe militar, Myanmar se enfrenta a una policrisis, marcada por el colapso económico, la intensificación de los conflictos, los riesgos climáticos y el agravamiento de la pobreza, según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
Treinta jefes de Estado y de Gobierno africanos se comprometieron a implementar reformas y medidas concretas para ampliar el acceso a una electricidad confiable, asequible y sostenible en este continente donde más de 600 millones de personas viven sin luz eléctrica.
Más de 400.000 personas han sido desplazadas este enero por la violencia en el oriente de la República Democrática del Congo (RDC), según han indicado agencias de las Naciones Unidas, advirtiendo de que un ataque a la rodeada ciudad de Goma, de medio millón de habitantes, sería catastrófico.
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