| ||||||||||||||||||||||
|
|
Desafiando a los males de la altura, los sinuosos, estrechos y escarpados senderos de las serranías y montañas bolivianas, con un audaz grupo de paraguayos decidimos desafiar la naturaleza adversa y realizar un histórico viaje a sitios históricos de Bolivia, para reconciliar las crónicas de una guerra injusta que distanció a dos pueblos hermanos.
Históricamente, desde las guerras del pan, que ahora se llaman “del hambre” gracias a nuestro oráculo instalado en Bruselas, hasta nuestros días, las crisis económicas, o sea, cuando el pueblo llano pasa más hambre de lo habitual mientras las élites exhiben su cómodo nivel de vida y mueven su patrimonio de paraíso a paraíso, una suerte de revolución popular debería forzar algunos cambios.
Estamos asistiendo impávidos al despilfarro del dinero público y de nuestros impuestos en ministerios fantasmas, viajes injustificables, en acuerdos políticos inconfesables con un delincuente… ¿Alguien puede dudar de que el gran Berlanga ya habría plasmado en el cine la dramática, a la vez que cómica, película de los episodios a los que estamos asistiendo los españoles en el gran teatro de la política nacional?
|