El mercado invernal golea al Rayo Vallecano (5-1)

<table cellspacing=0 cellpadding=0 border=0 align=right><tr><td width=15></td><td><table cellspacing=0 cellpadding=4 border=0 width=200 class=ficha-deportes2><tr><td bgcolor=#46668F><font color=#FFFFFF><b>Ficha técnica</b></font></td></tr><tr><td class=ficha-texto><img src=/escudos/espanyol02.jpg border=0 align=left style=padding-right:10px><b>5- RCD Espanyol</b>: Casilla (2); Amat (2), Baena (1), Sergio García (4), Verdú (3), Uche (5), Héctor Moreno (2), Javi López (2), Dídac (2), Coutinho (4) y Cristian Gómez (2).<br><br><img src=/escudos/rayovallecano02.jpg border=0 align=left style=padding-right:10px><b>1– Rayo</b>:Joel (1), Tito (2), Arribas (2), Pulido (0), Raúl Bravo (0), Movilla (1), Javi Fuego (2), Trashorras (0), Michu (1), Armenteros (2), Tamudo (3).<br><br><b>Cambios</b>: En el Espanyol  Romaric por Cristian Gómez (60’), Rui Fonte por Coutinho (76’) y Quaye por Uche (min.86). En el Rayo triple cambio al descanso. Lass, Piti y Diamanca por Movilla, Pulido y y Trashorras (min.46).<br><br><b>Goles</b> 1-0 Kalu Uche (min. 4), 2-0 Coutinho (min.10), 3-0 Coutinho (min.23), 4-0 Kalu Uche (min.45), 4-1 Tamudo (min.48), 5-1 Kalu Uche (min.71) .<.<.<br><br><b>Árbitro</b>: Teixeira Vitienes (colegio cántabro) (1) En los locales amonestó con tarjeta amarilla a Javi López (36‘), Baena (60’), Amat (65’), Verdú (75’). Mientras que en los visitantes amonestó a Tamudo (57'), Lass (77’) .<br><br><b>Incidencias</b>: 26110 espectadores en el estadio Cornellá-El Prat. Terreno de juego en óptimas condiciones. Gemma Mengual hizo el saque en y de su honor a colación de su retirada de la competición y como perica confesa.</td></tr></table><br><table cellspacing=0 cellpadding=4 border=0 width=200 class=ficha-deportes2><tr><td bgcolor=#46668F><font color=#FFFFFF><b>Datos destacables</b></font></td></tr><tr><td class=ficha-texto><b>Lo mejor: Vendaval de contras, eficacia y magia</b><br>Salió a lo anaeróbico el Espanyol, sin pausa a por la victoria. Y lo logró en los primeros 20 minutos y en el último de la primera parte, en los que un par de contraataques mortales, dos fallos defensivos y el regalo de Coutinho bastaron para decantar y finiquitar el partido.<br><br><b>Lo peor: Más que rayos, truenos defensivos.<br><br>Los de Vallecas son de encajar goles…pero de endosar aún más. Pero con una fragilidad tan alta abajo, donde se cimientan las victorias, no puedes ganar en Cornellá. Casi en ningún campo de la BBVA.<b>El dato: Primer gol en el minuto Jarque.</b><br>La belleza y la espectacularidad del tercer tanto perico, un majestuoso doble dribbling de Coutinho finalizado con disparo y gol, llegó en el minuto 21, propiedad del españolismo…y de Dani Jarque. El primero en tres años en dichos 60 segundos de ovación y recuerdo al gran capitán.</td></tr></table></td></tr></table><b>Franc Mendiola / Barcelona</b>Amaneció dorada Barcelona, como dos domingos antes, en la visita del Zaragoza. Agradecido el estadio y la afición a un clima más que apetecible, las ofertas de entradas, lo brillante del rival y la necesidad de romper la mala racha provocaron una buena entrada en Cornellá-el Prat. 

Futbolísticamente hablando, Pochettino dejó a Álvaro y Romaric en el banquillo y dio entrada a Cristian Gómez y Kalu Uche, buscando quizá más cuerpo a cuerpo y vigorosidad en zonas intermedias. Sandoval se decidió por Tamudo arriba y Trashorras en banda, como era lógico y previsible. 

Pero el primer suspiro le sentó muy mal al Rayo. De tanta concentración que suelen lucir en todo el partido, se atragantaron al minuto 5 con un gran cabezazo de Kalu Uche, en su especialidad de Cornellá tras enchufarle otro al Levante de forma bastante similar. Eso sí, en colaboración estrecha con Joel, que se quedó clavado en el sitio y ni se estiró.

Dudando de cómo sentaría ese gol a unos y a otros, la defensa del Rayo se tomó la segunda taza y la tercera taza en 20 minutitos, los necesarios para leer un diario o para gozar del mago Coutinho. Falla Raúl Bravo, libera su espalda para Sergio García y el de Buenpastor cede al brasileño para que la empuje casi a desgana y convierta el segundo en una década de minutos. Coge aire, reinventa su finta, se va de dos en un zigzag de genio y coloca el tercero y el delirio por debajo de las piernas de Joel. Dos combinaciones y dos contras y una delicia para paladares exquisitos rompieron el equilibrio de pesos para el Espanyol. Es la diferencia de cuándo vienes de perder muy claro o de ganar más claro aún, y de cuándo sales enchufado a cuándo sales a que no te enchufen. Que te pueden ajusticiar en un santiamén.

La obra de arte del cedido por el Inter (aún nadie sabe por qué, pero se agradece) tuvo respuesta en varias ocasiones rayistas, alguna en las botas de Tamudo y otras en las testas de Arribas y Michu. Síntoma del que se comporta de cara a portería como un grande y del que se ahoga en la orilla.  

Pareciera que nos íbamos al descanso sin más noticias de Holanda, que diría Melendi, pero no. La falta de eficacia de la que tanto ha pecado el equipo de Pochettino esta temporada la dejaron amarrada en el vestuario, junto con el miedo por los malos resultados recientes. De nuevo Uche, el cuarto, en el minuto final del primer tiempo. De nuevo golazo, con una vaselina perfecta sobre el desolado Joel. Primera parte de ensueño, como ya protagonizaran ante el Atlético de Madrid, y partido resuelto en el primer de los dos actos.

En la reanudación, Sandovalada al canto con un triple cambio de Lass, Diamanta y Piti por los desaparecidos en combate Trashorras, Movilla y Pulido. Al que no castigó, un ídolo tan ídolo que, fue a Tamudo, que a pesar de marcar el del Rayo, de empezar a honrar, fue aplaudido por no celebrarlo. Una imagen significadora y de afición grande, desde luego. 

El tridente de sustituciones le vino bien al Rayo no sólo por el tanto de Tamudo, sino porque empezó a jugar y a presionar bien, a estar arriba, a difundir un peligro que no había existido por su parte en lo citado anteriormente. Contrarrestando el nuevo panorama del encuentro, Pochettino dio entrada a Romaric, y el malí tuvo una de esas que se guardan en los videos de pifias monumentales al no remachar adecuadamente un balón perfecto de Uche.

A pesar de la mejora sustancial del Rayo, los espacios a la contra con todas las dagas que dispone el Espanyol podían hacer que, a la contra, llegase el quinto y la manita. Así fue que, en una jugada calcada al segundo gol de la primera mitad, con los mismos protagonistas, la misma asistencia de Sergio García y la misma finalización, Uche anotase el tercero en su cuenta particular, el quinto de los blanquiazules y la rúbrica al vendaval perico. 

Todo lo que pasó a continuación fue un correcalles sin intensidad, más fructífero para aplaudir a los sustituidos que para otra cosa. Por ejemplo, con la entrada de Quaye, un chaval de 16 años que se convierte en el debutante más joven de la historia del Espanyol. Tres puntos, al fin y al cabo, que saben a gloria bendita, merecidos y quebradores de rachas negativas. Y a seguir soñando con un sueño que no tendrá Sanvodal y el rayismo.