La Comunidad de Madrid y Cataluña, a las que les falta el canto de un euro para enfrentarse política, social, económica, deportivamente y de todas las formas que nos vengan a la cabeza, se encuentran retadas actualmente por la construcción en sus territorios del llamado Eurovegas, un gran complejo del juego y el ocio que el empresario Sheldon Adelson pretende construir en España siguiendo el mítico modelo estadounidense. El principal problema con el que se encuentra el proyecto, más allá de su ubicación en una u otra Comunidad Autónoma, radica en las exigencias del magnate americano que, para llevar a cabo su propósito, solicita un cambio en la legislación del juego en nuestro país para poder concluir con éxito su propósito. Son muchas las voces que se alzan contra la llegada del juego a nuestro país argumentando que con ello aumentará la corrupción, prostitución y delincuencia en nuestras calles. Como si actualmente España estuviese libre de dichos cargos. Ilusos. Otros, entre los que se encuentra Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ven en esta mega construcción una verdadera salida ante la crisis ya que permitirá la contratación de miles de profesionales del sector. Ilusos también. Sin embargo, lo que pasan por alto, es que a este señor le dan igual los problemas económicos y laborales del país y de la zona donde él erija su proyecto. Adelson, como el resto de empresarios, sólo piensa en su propio beneficio y entre sus ‘exquisiteces’ se encuentra la de pedir facilidades para contratación de inmigrantes para, por un lado asegurarse mano de obra barata, y por otro, traer a España personal cualificado estadounidense, -ingenieros y arquitectos-, para llevar a buen puerto el proyecto. También les hay quienes defienden la preservación del medioambiente ante gigantesco plan ya que explican que la construcción de grandes rascacielos en los lugares previstos, -ya sea Madrid o Barcelona-, son completamente ajenos al entorno. Tampoco hay que ir tan lejos, no dejan de ser terrenos baldíos que no se utilizan actualmente para nada. Tiendas de grandes marcas de moda, teatros, restaurantes y todo un complejo de lujo completarían la oferta del Eurovegas europeo. Haciendo de este lugar un verdadero paraíso para personas con gran potencial económico que llegarían hasta el nuevo complejo llegados de todo el mundo. Esta vez lo tenemos fácil. Buscamos una versión cañí de Elvis, celebramos bodas exprés y ya tenemos un Living Eurovegas versión autóctona.
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