Tus padres dibujan una raya a tu alrededor sin que te des cuenta. Creces, y tu grupo de amigos te sigue ayudando a que continúes en esa posición. Quieta. Ellos son los que te mueven. La línea crece. Tú permaneces.
La línea se convierte en intraspasable. Tu Inquisición Personal se encargará de recordarte que lo que estás haciendo puede salir mal. El miedo no dejará que te muevas. Una vez más dictarán tus movimientos.
Ya no puedes decidir.
El mundo seguirá moviéndose y tú eres de los que se quedan quietos. El mundo no mejorará contigo. Otro ser vivo impasible que contribuirá a que la sociedad no pueda ser un mejor.
Deberías saber que la línea se puede traspasar. Hay seres humanos en mayúsculas que lo hacen. Creen que este mundo puede ser mejor. Hace veintiocho años, mataron a uno de estos extraños seres.
Manuel Buendía no quería ser un afamado periodista, le interesaba comprender. Creyó que tenía mucho que aportar. Se deshizo del yugo de la política de su país y la cuestionó con toda coherencia.
Alzó su voz en un México corrupto, donde no interesaba mostrar la realidad social. El periodista mexicano se pasó de la raya y fue crítico con esa realidad.
Su figura nunca se olvidará. Que rebote en tu mente su nombre.
Deshazte de tu yugo. Hay cosas que no están bien como están.