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Inglaterra y Francia se conforman con el empate (1-1)

Nasri igualó el partido con un golazo desde fuera del área
Miguel Cañigral
lunes, 11 de junio de 2012, 19:05 h (CET)
Las selecciones de Francia e Inglaterra han empatado (1-1) en el partido inaugural del grupo D de la Eurocopa de Polonia y Ucrania, tras un encuentro donde el combinado galo ha mostrado mayores credenciales sobre el terreno de juego que el equipo de Roy Hodgson, que se limitó a capear un temporal del que Benzema fue 'el ojo del huracán'.

Con las ausencia de Barry, Cahill y Lampard por lesión, con su mejor futbolista, Rooney, sancionado, y con un Roy Hodgson con apenas un mes de historial como seleccionador, Inglaterra demostró que al menos siempre les quedará el orgullo de saberse los inventores del juego. Si bien, en el plano futbolístico, fue Francia la que tuvo mayores argumentos. Pese a ello, los galos no pudieron revertir la lógica de la naturaleza, por lo que en esta ocasión, el 'gallo' no pudo arrebatarle el botín a los 'tres leones'.

La primera parte del envite entre dos campeones mundiales como Francia e Inglaterra resultó tan igualado como carente de brillo. El único futbolista que se escapaba de la mediocridad generalizada fue Karim Benzema, cuyas apariciones ponían algo de lustre al duelo entre dos equipos que mostraban tanta brega como poco fútbol. Decepcionaba el combinado de Laurent Blanc, cuyo bagaje ofensivo tras media hora de partido fue un disparo de Cabaye desde media distancia.

Tampoco llegaban las ocasiones en la meta de Hugo Lloris hasta que Gerrard botó un balón lateral que voló hasta la testa de Lescott, quien tras cogerle la espalda a Alou Diarra, impactó con la frente la pelota, adelantando a los 'pross'. Poco después, el propio Diarra pudo, por dos veces en la misma jugada y también de cabeza, enmendar su error. Si no lo hizo fue gracias a la portentosa actuación del 'citizen' Joe Hart, ataviado con una vestimenta más propia de los años ochenta que de un portero sobrio.

Diez minutos después del varapalo sufrido y tras una leve mejoría, Francia igualó la contienda, merced a un golazo de Samir Nasri, quien recibió una pelota en la frontal del área, se la acomodó y soltó un derechazo ante el que nada pudo hacer Hart. Con las espaldas en todo lo alto, el árbitro decretó el tiempo de descanso. Francia ofrecía buenas sensaciones que no se terminaban de concretar mientras que Inglaterra rentabilizó al máximo su juego rácano.

Pocas cosas cambiaron a la vuelta de vestuarios. Si acaso, que Francia volcó aún más el campo sobre la portería de Hart, liderados por un colosal Benzema, que cada vez que entraba en contacto con el balón, demostraba estar muy por encima del resto de futbolistas sobre el césped. También sobre el interminente Ribéry, cuyas acciones fueron más fuego de artificio que otra cosa, y sobre Nasri, cuyo protagonismo se limitó a las jugadas a balón parado.

En el otro lado del campo, Inglaterra apenas tuvo aparición alguna, carente de ningún jugador con la calidad suficiente para hacer circular el balón con criterio. Además, ni Milner ni Chamberlain se revelaron como extremos desbordantes. Mientras, Blanc carecía de ideas y no encontraba en el banquillo ninguna solución para que su equipo dejara de estrellarse contra la barrera infranqueable dispuesta por Hodgson en la retaguardia de los británicos.

Con dos jugadores de reciente entrada por cada bando, fue en Inglaterra donde se dejó notar la 'savia' nueva, generando mayor sensación de peligro en las contadas andanadas ofensivas que protagonizó. No obstante, el guión del partido no sufrió ninguna reescritura, que en caso de haber sido un gol de Inglaterra hubiera resultado injusta, a tenor de lo mostrado por los 'pross' en su puesta de largo en el torneo. En cambio, Francia, ofreció una buena cara en la que no se pudo dibujar una sonrisa tras no cosechar un triunfo que buscó en todo momento sin fortuna alguna.

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