Pues no, definitivamente no es un gran comienzo. El arranque de los Juegos de Londres ha sido más agrio que dulce para los nuestros. Y con la enemistad progresiva que hemos tenido con la paciencia en los últimos años, no quiero ni pensar qué puede suceder si la sequía se alarga más de lo necesario.
Me recuerda en ocasiones a esa ansiedad frenética que había en los aficionados del Real Madrid con el fichaje de Anelka o los del Chelsea con Torres. Pero aquí vienen los mejores del mundo, en cada una de las especialidades, y tenemos que empezar por valorar esa enorme dificultad para comprender el gran mérito que van a tener todos nuestros deportistas que consigan tocar metal.
Nos ha decepcionado sobremanera el ciclismo. Sobre todo porque teníamos el mapa del tesoro en nuestras manos. Cavendish inutilizado atrás y una escapa nutrida con tres de los nuestros, entre ellos dos bazas notables como eran Luisle y Valverde. Pero en los últimos kilómetros se vio que no quedaba gasolina, no había esa fuerza necesaria para ganar unos Juegos. ‘Vino’ se merendó el oro y anunció su retirada. Así da gusto jubilarse.
Shiwen y Pablo, como un tiro Se nos fueron también Oiana Blanco en judo, la pareja Marcel – Marc y Verdasco
en tenis (Fer siempre con la inestabilidad por bandera) y perdieron las
chicas de balonmano. ¿Podemos repetir?
Debut y diploma. Ojo a este chico. (Nacho Casares)
Belmonte pagó la novatada en su primera final. Y vaya final. La chica yé-yé, Ye Shiwen, se marcó un récord del universo (y más allá) bajando en casi un segundo la marca anterior. Épico. Además, se apuntó los últimos cincuenta a una velocidad superior a la de todo un Ryan Lochte. Esto sí que es igualdad de género. El estadounidense se consoló amargando a su compatriota Phelps, que no pasó del cuarto en su primer intento de subir sus dieciséis medallas hasta el rascacielos de Latynina, con dieciocho. Ser el deportista con más triunfos en la historia olímpica es el premio. Habrá más oportunidades.
Me quedo en el cierre con la mayor sonrisa de la tarde. Pablo Carrera, en sus primeros Juegos, y sin que nadie contara con él en ninguna quiniela, se apuntó final olímpica y sexto puesto final en tiro para completar un sobresaliente debut. Nos hizo soñar con el bronce, pero nos guardamos la baza para Río. En Brasil, queremos un inicio dulce.