La Generación de Oro del baloncesto español se ha quedado muy cerca de la gloria más absoluta -el oro olímpico-, después de haber hecho, exactamente como hace cuatro años, un partido gigantesco frente al sideral equipo de los Estados Unidos.
| FICHA TÉCNICA | 107- Estados Unidos: Paul (11), Bryant (17), James (19), Durant (30), Chandler (2) -cinco inicial- Westbrook (3), Williams (6), Iguodala (-), Love (9), Harden (2), Davis (-) y Anthony (8).
100- España: Calderón (-), Navarro (21), Rudy Fernández (14), Pau Gasol (24), Marc Gasol (17) -cinco inicial- Llull (5), Sergio Rodríguez (7), Felipe Reyes (-), San Emeterio (-), Ibaka (12), Sada (-) y Claver (-).
Parciales: 35-27, 24-31, 24-24 y 24-18.
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España les ha aguantado el pulso unos 38 minutos, llegando a ir incluso por delante hasta el último cuarto, y este grupo ha conseguido que, de nuevo, nos sintamos sumamente orgullosos de ellos. Con la del basket, la delegación española se va definitivamente de Londres 2012 con 17 medallas: 3 de oro, 10 de plata y 4 de bronce.
Ha faltado realmente poco para que hubiese tenido lugar la que habría sido, al menos en los deportes colectivos, la mayor gesta en la historia del deporte español, más aún que la histórica consecución del Mundial de fútbol. Porque el partido que nos han brindado hoy España y Estados Unidos ha sido, como el de Pekín, para enmarcar.
La selección en ningún momento ha sido inferior a Estados Unidos salvo en detalles muy puntuales, y ha hecho sufrir de verdad a tipos tan sumamente contrastados como Lebron James, Kevin Durant, Kobe Bryant, Chris Paul o Carmelo Anthony. La imagen final de reconocimiento de todos estos “megacracks” –y de su técnico, Mike Krzyzewski- hacia los jugadores españoles resume lo que les ha costado ganar a este elenco de campeones y subcampeones de la NBA.
Al 100% desde el inicio... y con Navarro Cualquier opción para poner en aprietos a Estados Unidos pasaba por estar cuarenta minutos a tope, y plenos de concentración en todo momento. Lo segundo no se ha conseguido porque frente a un rival de este calibre era prácticamente imposible; pero los puntuales fallos que se han tenido, sobre todo a la hora de defender el tiro exterior, se han suplido con intensidad, descaro y mucho más acierto frente al aro rival que en partidos anteriores. El comienzo dejó bien a las claras dos cosas fundamentales: que USA iba a sudar tinta china y hasta un poco de sangre para ganar el oro; y que Navarro (21 puntos), después de todos sus problemas de fascitis plantar y demás avatares, había llegado a tiempo para disfrutar de lo mejor de la fiesta. Tres triples suyos de forma consecutiva dieron la primera y máxima ventaja a España (7-12, min. 4) y obligó a pedir tiempo muerto a Krzyzewski.
España tuvo su primer momento de apuro cuando los americanos consiguieron ametrallar una zona que, durante el primer cuarto, no terminó de funcionar como se esperaba por su tibieza. Carmelo Anthony y Kevin Durant –el mejor del partido- comenzaron a anotar desde más allá de 6,75, y Estados Unidos adquirió nueve puntos de ventaja que se quedaron en ocho al final del primer cuarto (35-27).
La defensa mejora: el sueño continúa Había que intensificar más la defensa, y a fe que se consiguió. La variante introducida por fin por Scariolo y una extraordinaria labor de equipo sorprendió a Estados Unidos; y en ataque el descaro de Sergio Rodríguez combinado con el acierto de Rudy devolvió el mando en el marcador a España gracias primero a un triple de Sergio (37-39, min. 13) y luego a una asistencia del canario culminada por Marc Gasol (43-44, min. 14). De nuevo “Coach K” se veía obligado a solicitar tiempo muerto, porque las cosas no funcionaban como él esperaba.
El único problema en un primer tiempo en el que España se fue al descanso pegada a los norteamericanos (59-58) fue el de las faltas personales, en especial las cuatro de Marc Gasol. Y es que los árbitros, a veces con rigurosidad extrema, castigaron el 95% de las acciones que iban sucediendo en ambas zonas.
Marc debió esperar en el banquillo mucho tiempo, pero ahí estuvo Pau (24 puntos y 8 rebotes en total) en el tercer cuarto para colocarse el disfraz de Superman y, cual sastre de los de la élite mundial de la costura, hacerle un verdadero “traje” a Kevin Love. Trece puntos seguidos del bicampeón de la NBA con los Lakers, con canastas de casi todos los colores, volvieron a colocar a España durante algunos minutos de nuevo con ventaja (64-67, min. 24; y 70-71 poco más tarde con un 2+1).
No obstante, como si estuviese picado, su compañero y amigo en la NBA Kobe Bryant le aguantó el tirón y, con sus puntos, impidió que España se fuese por delante al último minidescanso; pero el choque estaba tan igualado (83-82) que el sueño de la selección española seguía muy vivo. Lebron terminó de ajusticiarnos Y ni tan siquiera desapareció cuando el cansancio comenzó a hacer mella y los americanos se pusieron diez arriba (97-87) con cinco puntos seguidos de Chris Paul.
Dos buenas acciones en defensa de España y una canasta de Rudy (97-91) devolvió las esperanzas a 3:40 del final, pero entonces apareció el mejor jugador de la NBA para apuntillar nuestras ilusiones, que no nuestro orgullo. Lebron James, primero con un mate por gentileza de un gran movimiento de Durant; y luego con un triple ante Marc Gasol sentenció el partido, y el oro (102-93, a 2:00) frente a una España que mantuvo la raza hasta el final, y que no se rindió hasta que sonó la última bocina.
No hay más que decir; simplemente, pese a todo lo que ha sufrido -y nos ha hecho sufrir- este bloque a lo largo de los JJOO de Londres, lo único que nos queda es sentirnos quizás no contentos por haber perdido hoy, pero sí orgullosos de esta generación de jugadores a punto de iniciar su cuesta abajo y que, con el permiso de los grandes de la primera mitad de los ochenta, ha llevado al baloncesto español a sus cotas más altas.
Desde 2001, año de la irrupción de este bloque en el Eurobasket de Turquía, un título mundial (2006), dos europeos (2009 y 2011), dos platas olímpicas (2008 y 2012), otras dos europeas (2003 y 2007) y un bronce continental (2001) así lo atestiguan. Chicos, simplemente muchas, pero que muchas gracias por todo lo que nos habéis dado a lo largo de esta inigualable década.
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