El Gobierno de Ruanda ha anunciado el envío de mil militares y policías a Mozambique para apoyar los esfuerzos de las autoridades contra los grupos yihadistas que operan en la provincia de Cabo Delgado, situada en el norte del país y escenario de un repunte de los ataques durante los últimos meses. Kigali ha indicado que el despliegue arrancó el jueves "a petición del Gobierno de Mozambique" y ha resaltado que esta "fuerza conjunta" trabajará "de cerca" con el Ejército mozambiqueño y las tropas de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) "en los sectores designados de responsabilidad". "El contingente ruandés apoyará los esfuerzos para restaurar la autoridad del Estado mozambiqueño llevando a cabo operaciones de combate y seguridad, además de una estabilización y reforma del sector de seguridad", ha manifestado el Ejecutivo ruandés a través de un comunicado. En este sentido, ha sostenido que el despliegue "está basado en las buenas relaciones bilaterales entre Ruanda y Mozambique tras la firma de múltiples acuerdos entre ambos países en 2018", al tiempo que ha hecho hincapié en "el compromiso de Ruanda con la doctrina de 'Responsabilidad para Proteger'". El presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, destacó a finales de junio que el Ejército mozambiqueño "va a intensificar la caza de los terroristas", al tiempo que aplaudió a la SADC por su "apoyo total" al país con su decisión de enviar tropas para apoyar los esfuerzos contra el yihadismo. Cabo Delgado es escenario desde octubre de 2017 de ataques obra de milicianos islamistas conocidos como Al Shabaab, sin relación con el grupo homónimo que opera en Somalia y que mantiene lazos con Al Qaeda. Desde mediados de 2019 han sido reivindicados en su mayoría por Estado Islámico en África Central (ISCA), que ha recrudecido sus acciones desde marzo de 2020. Entre los ataques de ISCA figura el ejecutado en marzo contra la ciudad de Palma, que desencadenó unos enfrentamientos que se extendieron hasta principios de abril y provocaron decenas de miles de desplazados. Por ahora no hay un balance de víctimas, si bien el Gobierno ha hablado de "cientos" de muertos.
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