MADRID, 19 (OTR/PRESS) Hace apenas un año que los informativos de radio y televisión y las primeras páginas de los periódicos nos contaban sobre la tragedia en Afganistán por la decisión de Estados Unidos de abandonar el país dejando vía libre a los talibanes. Sí, Occidente bajo la batuta de Estados Unidos dejó tirados a los afganos, a los que había prometido nada menos que ayudarles en el camino a la democracia y a la libertad. Pero en política exterior no hay ni amigos ni enemigos, solo intereses y hoy Afganistán ya no es noticia, así de cínica y terrible es la realidad. Me pregunto si dentro de poco sucederá lo mismo con la tragedia que vive Ucrania, si dejara de ser noticia y las víctimas irán quedando relegadas en el olvido. Pienso en esto mientras leo un correo de uno de los mejores corresponsales de guerra del periodismo español que es Óscar Mijallo que conoce bien el infierno que es Afganistán. Óscar me cuenta que otros dos colegas, Paloma del Río, especialista en deportes y Antonio Pampliega, también periodista especializado en conflictos bélicos que, además fue secuestrado en Siria por Al Queda, están intentando traer a España a unas deportistas muy especiales, jugadoras del equipo de baloncesto afgano. Mujeres en sillas de ruedas, mujeres que perdieron las piernas a cuenta de las bombas de los talibanes allá en el año 2000. Mujeres que encontraron en el deporte una vía para superar la tragedia, mujeres que han intentado además abrirse camino estudiando, y que ahora viven encerradas en la cárcel no solo del burka si no en que se ha convertido su país bajo el terror talibán. Mujeres cuya tragedia ya no es noticia porque Afganistán ha dejado de serlo. Pero hay personas que no se rinden, que representan lo mejor de la Humanidad, y ésta es la historia que les quiero contar, la de dos periodistas españoles, Paloma del Río y Antonio Pampliega, que se comprometieron con estas deportistas en ayudarlas a salir de Kabul y no cejan en el empeño. La mala suerte quiso que hace un año, en plena evacuación en el aeropuerto de Kabul, recordarán que el aeropuerto sufrió un atentado, lo que impidió a estas deportistas acceder a uno de los aviones del Ministerio de Defensa y se quedaron en tierra. No, no pudieron salir en aquel momento pero algunas han logrado escapar, ahora mismo hay tres en Pakistán y otras tres aguardan en Teherán con las personas que las cuidan y acompañan, a la espera de los permisos pertinentes para que nuestra embajada les permita venir a España. Pero, mientras aguardan, necesitan medios para subsistir, amén de para pagar los billetes que las traiga a España donde esperan que la vida les dé otra oportunidad. Da vergüenza decir que Afganistán no es noticia y por tanto se ha extendido un manto de silencio sobre lo que sucede allí después de la salida vergonzosa de Estados Unidos y sus aliados occidentales. Seis mujeres, condenadas a una silla de ruedas pero que no se rindieron y encontraron en el baloncesto una manera de seguir teniendo esperanza, ahora esperan una nueva oportunidad, necesitan nuestra solidaridad, nuestra ayuda. Quien quiera colaborar en su dificultoso viaje a España que se ponga en contacto con Paloma del Río en la Dirección de Deportes de TVE: 91 346 86 00.
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