MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, se ha reunido con responsables de la Agencia Espacial Europea (ESA) sobre el programa Copernicus para analizar su aportación para el seguimiento de la evolución de la erupción del volcán en La Palma.
En concreto, Morant se ha reunido con la jefa de la Oficina de Estrategia y Coordinación de Observación de la Tierra de la Agencia Espacial Europea (ESA), Simonetta Cheli, y con el jefe de la Misión Sentinel-2 de Copernicus, Ferrán Gascón.
El programa espacial Copernicus es una iniciativa conjunta de la Unión Europea y la ESA, que es responsable de su componente espacial, en la que participa España de forma muy activa. En el ámbito de la utilización de satélites para la observación de la Tierra en la prevención, seguimiento y protección de población y recursos en casos de desastres naturales y emergencias, los datos aportados por el programa espacial Copernicus están siendo críticos para las actuaciones de los servicios de protección civil españoles.
En el control de la situación volcánica se están empleando los servicios de territorio, que proporcionan cartografía de forma periódica y a través de los cuales se monitorean los datos obtenidos para conocer la deformación de la superficie terrestre o el estado de las carreteras, y los servicios de atmósfera, que proporcionan información sobre las emisiones que se están produciendo a causa de la erupción, como el dióxido de azufre.
Durante la reunión, la ministra ha puesto en valor la coordinación entre las distintas administraciones (regionales, estatales y europeas) y ha insistido en el papel fundamental de la ciencia para hacer frente a esta y otras emergencias.
Los datos principales que están siendo empleados en el control de La Palma son proporcionados por el satélite Sentinel-1, Sentinel-2 (que cuenta con un instrumento óptico multiespectral), Sentinel-5P y por otras misiones nacionales de los países miembros que contribuyen al programa.
El objetivo de Copernicus es alcanzar autonomía en la adquisición de datos de la superficie terrestre y proporcionar servicios operativos a usuarios (científicos, investigadores, empresas públicas o privadas, etc.) para su uso en un rango amplio de aplicaciones en el ámbito del medio ambiente y la seguridad.
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