MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
La Abadía del Valle de los Caídos defiende que este monumento está dedicado a la "reconciliación" y que "la resolución de concebirlo a la vez como cruz, templo y panteón común pudo haber sido la fórmula menos improcedente de cuantas era posible arbitrar". También remarcó que la cruz que preside el recinto es "el signo máximo de la pacificación" para dar lugar a una "nueva armonía".
Así lo remarca la comunidad benedictina en una nota publicada en su web, tras conocerse el acuerdo del Ejecutivo con la Santa Sede para resignificar el Valle de Cuelgamuros. "La resolución de concebirlo a la vez como cruz, templo y panteón común pudo haber sido la fórmula menos improcedente de cuantas era posible arbitrar. Su simbología conectaba con la necesidad de cicatrizar heridas, deponer antagonismos y volver a encontrarse juntos. El carácter sagrado de esos componentes conmemorativos parecía excluir otra idea que no fuera la de una nueva armonía bajo lo que es el signo máximo de la pacificación: la Cruz", concretó.
Según la abadía, "como tantos otros monumentos históricos integrantes del mejor patrimonio de Europa y de España, también las edificaciones del Valle de Cuelgamuros han surgido a raíz de un acontecimiento bélico". "Por otra parte, era difícil que la controversia que acompañó y siguió al conflicto no se prolongara en torno al monumento que lo recordaba", reconoció la comunidad.
La comunidad calculó en su publicación que "en total hay enterrados en la Basílica más de 33.700 caídos de ambos bandos según el registro (ó más de 50.000, según otras estimaciones más probables), procedentes de toda España, por detrás de las dos grandes capillas del Santísimo y del Sepulcro (ambas a los lados del crucero) y de las seis también laterales de la Virgen (en la nave de entrada)".
"Muchos están perfectamente identificados de forma personal y otros vinieron de fosas comunes, lo cual dificultó en su momento también su perfecta contabilización. No hay separación por bandos, sino que están unos y otros entremezclados", zanjó la nota.
FINES RELIGIOSOS
En la nota también se recuerda que en los documentos fundacionales se advierte que "el acento se pone directamente sobre los fines religiosos, sociales y culturales al servicio de la obra pendiente de la concordia y de la justicia entre los españoles, aparte de servir como memoria y túmulo de todos los caídos".
Según la abadía, "la presencia de un monasterio y de unos monjes subraya también, por su parte, ese significado no simplemente rememorativo del lugar, concebido más bien como centro de actividad espiritual y cultural".
Asimismo, señaló que abadía benedictina creada en el Valle recibió la misión de "aglutinar y coordinar" esas funciones. "Sus monjes fundadores son procedentes de Silos y pertenecen a la orden religiosa cuya tradición ha unido más estrechamente ambas vertientes", prosiguió la nota.
"La idea del Valle fue que la guerra no se volviera a producir nunca", sentenció la comunidad que volvió a remitir a los documentos fundacionales de 1957 y 1958 para recordar que en ellos "se determina la oración por todos los muertos en la guerra; la impetración para España y para el mundo de las bendiciones divinas que obtengan la paz, la prosperidad y el bienestar; la celebración del culto solemne en la Basílica; el esfuerzo de investigación y estudio que aborde los problemas del progreso y de la justicia sociales en España".
"Por tanto, se observa la exclusión de toda actividad de naturaleza política y, en cambio, una atención directa a los fines de carácter religioso y social, éstos en el plano de la investigación", añadió el texto.
NUEVO PRIOR
En este contexto la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos anunció esta semana (el 25 de marzo) el nombramiento como prior administrador el padre Alfredo Maroto Herranz, monje de este monasterio, en sustitución de Santiago Cantera, quien se ha opuesto explícitamente a las medidas del Gobierno orientadas a una resignificación del recinto.
El decreto del nombramiento está rubricado por el abad Dom Geoffroy Kemlin, presidente de la Congregación de Solesmes (Francia) a la que pertenece la abadía madrileña. Ese día, al final de la misa, "después de encomendarse a la oración de todos, ha dado su primera bendición como Prior Administrador y ha expresado su deseo de que esta Basílica siga siendo un verdadero monumento a la reconciliación, un lugar de culto y oración, y un Valle de paz", señaló la abadía.
En este contexto, también se ha conocido recientemente el nombramiento del hasta ahora nuncio de la Santa Sede en España y Andorra, el filipino Bernardito Auza, como nuncio apostólico ante la Unión Europea.
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