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Hay como un desánimo generalizado en la sociedad, y verdaderamente no es para menos. Pero esta Gobernanza Global o Nuevo Orden Mundial y ese plan de 2030, son puras fantasías, son una invención diabólica para crear el pesimismo y el desaliento en la sociedad. Pero seamos sinceros y tenemos que reconocer que ni la Iglesia Católica ni la sociedad actual, su situación sea halagüeña, pero no es el fin. Es una purificación, porque nada que no este puro puede entrar en el Reino de los Cielos. Por tanto, como no sabemos ni el día ni la hora en que nos llame el Señor, tenemos que vivir en su Gracia.
A la vista del mundo actualmente, no parece que sea envidiable, hablar de hermandad y fraternidad son palabras muy halagüeñas, pero imposible de formar una sola fraternidad mundial. Como dice San Pablo en su carta a los Corintios, al final Dios lo será todo en todos, y no parece que eso sea inminente. Por tanto hay que purificarse y esperar que al final de nuestra vida, si hemos permanecido fieles y hemos amado a Dios y cumplido sus Mandamientos, podamos oír de sus labios, venid al Reino preparado para vosotros.
Llegó el lunes 29 de abril de 2024. Y, como “todo pasa y todo queda”, pasaron los cinco días de la ignominia sanchista y nos quedó Sánchez al desnudo, el Puto Amo (Puente dixit), pero más cateto y dictador que nunca. Me baso, naturalmente, en sus propias manifestaciones de corte tan populista, como las de Maduro, López Obrador y compañía.
En este día dedicado a san José obrero, podemos ver que es modelo para nosotros… ¿como reacciona ante la “duda” de que su esposa María esperaba un hijo? Nos dice escuetamente el Evangelio: “María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto".
El presidente Sánchez ha fundamentado su decisión de continuar al frente del gobierno afirmando que “no supone un punto y seguido, es un punto y aparte, se lo garantizo”. Desde luego, deseamos profundamente que -al expresar la necesidad de un “punto y aparte”- acepta que es necesario, de manera urgente, un cambio que no se limite a reformas cosméticas. ¿Pero qué es punto y aparte para nosotros -para la inmensa mayoría- ante el galopante empobrecimiento que sufrimos?
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