| ||||||||||||||||||||||
Cuando las teorías filosóficas y políticas determinan la existencia de tres pilares cimientales de las estructuras de una nación se olvidan de las fuerzas periféricas que obligan a corregir, en la práctica, el funcionamiento de la llamada “triada”: poder legislativo, poder judicial y poder ejecutivo.
Dos escritos recientemente publicados con solo dos días de diferencia relacionados con el periodismo. Uno, la entrevista que Víctor-M Amela le hace a Antonio Scurati, publicada en La Vanguardia el 11/01/2021. El otro: “¿Todavía hay censura?, de Josep Ramon Correal, publicado en La Mañana de Lleida el día siguiente. Ambos escritos tienen que ver con la censura y la libertad de pensamiento de los periodistas de redactar lo que consideran conveniente decir.
El artículo 56.3 de la Constitución afirma: “La persona del Rey es inviolable, y no está sujeta a responsabilidad…”. Que la Constitución de 1978 diga que la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad nos recuerda a las monarquías absolutistas del pasado amparadas por los teólogos de la Iglesia Católica que defendían el origen divino de las mismas.
Se inició cuando se creó el 26 de septiembre de 1815 la Santa Alianza, entre los poderes absolutistas de Rusia, Austria, Gran Bretaña, por un statu quo absolutista, monárquico y religioso. Se devolvió al Papa el poder temporal sobre los Estados Pontificios, Roma recuperaba todas sus antiguas legaciones italianas y volvía a desempeñar un cierto papel en el concierto europeo.
|