Cuando las teorías filosóficas y políticas determinan la existencia de tres pilares cimientales de las estructuras de una nación se olvidan de las fuerzas periféricas que obligan a corregir, en la práctica, el funcionamiento de la llamada “triada”: Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo.
¿Cuáles son esas fuerzas periféricas? Diversas e innegables, la TRADICIÓN, los PRIVILEGIOS, las CENTRÍFUGAS, los PODERES FÁCTICOS y los INTERESES POLÍTICOS.
En medio de esa maraña “activa” de intereses, emerge “el TRIBUNAL DE GARANTÍAS”, conocido como TRBUNAL CONSTITUCIONAL, expuesto a la manipulación interesada, igual que todo mecanismo “preñado” de intereses de grupos e ideologías.
Las realidades actuales, disfrazadas de levantamientos sociales, no nos engañemos, nunca levantan una única bandera sino “una variedad de estandartes” disfrazados, pero con las mismas siglas de las fuerzas periféricas antes citadas.
Los “Bibliotecas Legislativas” siempre han tenido el cuidado de no inmiscuirse en los “sectores“ que, por tradición, clasifican “inteligentemente” las sociedades a medida, para una buena “convivencia”, también a medida.
La variopinta normativa protocolaria es fundamental en todo este panorama: “PARECER... SIMULAR... RESPETAR...”. El pueblo, asiste ensimismado a un sainete festivo que adormece y que sólo la realidad de la noche descubre, ya sin remedio.
En definitiva, entiendo, mal que bien, que en nuestras sociedades actuales, las FUERZAS PERIFÉRICAS, citadas más arriba, son las que, sin “marcar” normas, teledirigen el devenir de los Pueblos.
Ni el Tribunal de Garantías, antes faro guía, mantiene, hoy día, la independencia mínima que la esencia de su Organismo exige.
Figuras rodeadas de prestigio, ornamentadas con vestimentas tribales multicolores, que, en “román paladino” se les conoce como aseguradores de la TRADICIÓN, los PRIVILEGIOS, las CENTRÍFUGAS, los PODERES FÁCTICOS y los INTERESES POLÍTICOS... ¡DIOS SALVE AL PUEBLO!, porque lo que llaman Democracia, tiene demasiada inconsistencia.
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