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Cuando nos encontramos en época de elecciones, los políticos aparecen totalmente sonrientes ante sus seguidores. Se trata de una tónica general. En el momento en que entran al lugar donde se celebra el mitin, todos comienzan a aplaudir como si no hubiera un mañana. Los ponentes y los asistentes exhiben una amplia sonrisa “profidén”.
Sucede a veces que realidades o escenarios complejos bien pueden resumisrse en una imagen, en un gesto, en un breve discurso. Esos flashes vienen solos, nadie los llama, simplemente suceden. Pero resultan poderosamente seductores, impresionan… y a veces deprimen un montón. Es el caso que hoy traigo a colación, y que tiene que ver con un especio temporal y con un escenario: un minuto, un mitin. Y también con la masa espectadora.
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