| ||||||||||||||||||||||
Las consignas han sido claras para sus voceros: Mucha palabrería, hay que engatusar, buenismo tonto, lucir mentiras, vender humo y pagar votos. Todos los ignorantes, tontos, fanáticos y sectarios verán los cielos sanchistas abiertos.
Hace apenas unos días, una nueva efemérides venía a conmemorar el Día Mundial del Medioambiente, ese que hoy sigue sufriendo el acoso permanente y constante del modelo de desarrollo humano insostenible y suicida. Poco valen las alarmas que día tras día en forma de calentamiento global y cambio climático nos anuncian las nefastas consecuencias que para la humanidad tiene y tendrá esta alocada carrera del consumismo de los recursos de un planeta sobrecargado.
En Glasgow, los lobistas de la industria de los combustibles fósiles están pululando como enjambres de langostas en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático de 2021, conocida como COP26. Los resultados de esta conferencia, que ha sido descrita como “la última y mejor esperanza” para el clima, están lejos de ser suficientes para evitar una catástrofe climática irreversible.
Portugal, España, Francia y otros 12 países en el sur del continente europeo se encuentran en gran peligro por culpa del cambio climático, específicamente en lo que se refiere a la economía. El Covid-19 nos dio una muestra de lo que significa enfrentarnos a una fuerza de la naturaleza para la cual no estamos preparados.
Un razonable cuidado del entorno lo venimos practicando algunos mucho antes de que colocaran el primer contenedor verde en el barrio. Que urge una desaceleración drástica y urgente en nuestro estilo de vida (¿decrecimiento?) lo sospechamos algunos desde nuestra más tierna adolescencia, cuando todavía no proliferaban los gurús medioambientalistas de «consejos vendo y para mí no tengo».
El catastrófico cambio climático está calentando el planeta. Se han batido récords de temperatura en diversas partes del mundo, desde Siberia hasta California, y una profusión de incendios forestales, sequías y huracanes se extienden por el mundo. Sin embargo, los defensores de la tierra y del agua que luchan para salvar el planeta enfrentan amenazas que van desde la intimidación hasta el encarcelamiento o la muerte.
![]() |
|