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Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre un vicio que corrompe tanto al individuo como a la sociedad en general, a saber, la codicia entendida como un deseo incontrolado de acumular bienes materiales o poder a toda costa, destruyendo así la capacidad de disfrutar todo aquello que sea esencial en la vida.
En la colosal vorágine de los tiempos modernos, nos encontramos enredados en un tejido de deseos y ansias desbocadas. Nos hemos convertido en una sociedad dominada por la avaricia, un apetito voraz que desemboca en la insaciabilidad. La hambruna crónica de la insatisfacción. Más y más por el mero más y más. Lejos queda la capacidad personal y colectiva de detenernos a pensar quiénes somos y echar la vista atrás para recapitular de dónde venimos.
El griego Esopo creó una de las fábulas más conocidas: “La gallina de los huevos de oro”. La narración describe a una pareja de campesinos que descubren que tienen una gallina que pone diariamente un huevo de oro. No tuvieron bastante con la inesperada riqueza que los sacó de la miseria, que decidieron matar el ave porque creyeron que podrían acceder directamente a la mina. La mataron y al abrirla en canal descubrieron que su interior no difería en nada de las demás gallinas.
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