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Hoy queremos invitarlos a reflexionar sobre el inmerecido y notable protagonismo que han ganado las teorías conspirativas en nuestros días, especialmente en la era digital, donde la información – y, lamentablemente, la desinformación- circula de manera inmediata y global.
Una gran verdad constatable en la evolución de las sociedades que transcurren bajo la lógica capitalista como de aquellas que lo hacen bajo la de la economía planificada.
El ser humano cuenta con un listado interminable de talentos espectaculares y de miserias aborrecibles. Tanto talentos como actos despreciables, han estado presentes en todos los tiempos de nuestra historia, y la verdad es que no hay nada nuevo bajo el sol del Siglo XXI. Pero hoy quisiéramos expresarnos en torno a la actitud denigratoria por excelencia denominada “difamación”.
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