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Estos días discurre por las carreteras navarras la colorida serpiente de una Korrika que desprende aire fresco para una lengua en peligro de fosilización y que a través de su influencia mediática provoca el espejismo de que el euskera se extiende todos los rincones del Viejo Reino.
Tras las recientes elecciones a la Cámara foral, la utopía factible en Navarra sería la reedición de un Gobierno progresista integrado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin, presidido por María Chivite y que contaría con el apoyo externo de EH Bildu, quedando Esparza y UPN condenados a la larga travesía del desierto desde la bancada de la oposición.
La reedición del Gobierno Progresista de María Chivite, integrado por PSN, Geroa Bai y Contigo-Zurekin y con el apoyo externo de EH Bildu, sería una utopía factible que podría fracasar debido al acuerdo tácito UPN- PSN. La premisa de Chivite se basaría en la creencia de que el resto de partidos progresistas apoyarán al PSN para evitar el Gobierno navarrista de UPN.
EH Bildu estaría integrada por militantes de Aralar, Alternativa, EA e Independientes, todos ellos fagocitados por la estrella-alfa Sortu, pero seguiría estigmatizada por su negativa a condenar el terrorismo de ETA, lo que le habría convertido a ojos del establishment navarrista UPN-PSN en un "paria político" al que hay que condenar al ostracismo y mediante pactos públicos o acuerdos tácitos impedir que acceda a ninguna instancia de poder en Navarra.
El Gobierno de Chivite prepara un nuevo Decreto Foral que regulará el uso del Euskera en las Administraciones Públicas en el que desaparece la valoración del euskera en zona no vascófona, lo que aunado con el descenso de matriculaciones en el Modelo D debido al descenso de natalidad y a la inequívoca apuesta tanto del PSN como de Navarra Suma por el inglés, augura un horizonte incierto para el vascuence en Navarra.
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