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A pesar de ser una práctica ilegal en nuestro país, los hijos nacidos mediante gestación subrogada pueden incluirse en la Declaración de la Renta. Aunque la polémica sobre este método de reproducción ha estado encendida durante los últimos meses, especialmente a raíz del “caso Ana Obregón”, la mayoría de estos niños son registrados legalmente en España, lo que permite a sus padres gozar de las mismas ventajas y obligaciones fiscales que el resto de familias.
No sé si Ana Obregón era consciente del terremoto informativo que ha originado, además de ensombrecer durante unos días, los graves problemas económicos, políticos o sociales que hoy nos agobian a los españoles. El aluvión de opiniones que se han vertido sobre su tardía maternidad subrogada, ha servido para dividir una vez más a los españoles.
Según una encuesta realizada por la Asociación Española de Consumidores, Albacete y Ávila son las provincias donde menor apoyo tiene la regulación de la gestación subrogada, con un 27% en cada una. Sin embargo, en Guipúzcoa sería la provincia donde más se pide con un 86%, seguida de Madrid con un 79% y Santa Cruz de Tenerife con un 77%.
La legalización de la gestación subrogada es uno de los grandes temas de actual campaña electoral, con un partido claramente a favor: Ciudadanos, dos claramente en contra: PSOE y Vox, y otros con posiciones más o menos ambiguas y cambiantes: PP, Podemos, ERC, PdeCat y Compromis.
España se encuentra ante un dilema moral ante la aceptación o no de este método o técnica reproductiva. Lo llaman ‘método’ aquellos que consideran la gestación subrogada como una capacidad de procreación, es decir, que puede llevarse a cabo naturalmente mediante relaciones sexuales o, artificialmente, mediante técnicas de reproducción asistida (TRA).
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