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La cosa de la guerra es asunto que desde el primer momento deben controlar y decidir los ciudadanos. Por evidentes, ni falta hace enumerar las razones. Los políticos no pueden especular sobre ella gratuitamente; menos tomar decisiones sin previa y amplia consulta a esos ciudadanos, y sin previo y amplio debate en cada uno de los parlamentos nacionales.
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico informó este miércoles de que ha puesto en marcha la Plataforma de Colaboración para la Neutralidad Climática de las Ciudades Españolas, una iniciativa para ayudar a determinados municipios a convertirse en climáticamente neutros en 2030, es decir, que entonces las emisiones de gases de efecto invernadero que se expulsen a la atmósfera sean compensadas por sumideros naturales como los bosques.
Un nuevo estudio ha revelado que, de las 60.000 empresas mundiales analizadas, solo 1.075 (menos del 2%) tienen un objetivo de "neutralidad climática". Esto indica que la ambición climática del sector privado, por no hablar de la acción, sigue siendo lamentablemente inadecuada si se quieren alcanzar las cero emisiones netas para 2050.
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