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No es extraño, pues, que junto a estos PGE aparezcan los puñetazos en la mesa que, públicamente, aconseja Ortuzar a Sánchez desde el PNV contra Podemos; y los codazos en el hígado, ocultos unos y detectados otros, que, con distintos orígenes, fines y destinatarios, producen efectos y fastidian.
Lo que sí queda demostrado es que, a diferencia de lo que se podía esperar de la unión de comunistas y socialistas, tradicionalmente adversarios políticos, en esta ocasión parece que lleva camino de escorar hacia la izquierda la labor del actual gobierno, con el peligro de que se vayan tomando decisiones, dictando leyes y decretos, ocupando puestos clave de las instituciones básicas del reino.
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