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Este lunes pasado, los españoles hemos sido testigos de dos acontecimientos que nos han hecho sentir muy orgullosos como españoles y como ciudadanos de bien. Por un lado, en Málaga, la despedida oficial de las canchas de tenis de ese enorme deportista y persona que es Rafa Nadal, y por otro la emotiva, cercana y muy querida visita de los Reyes a los pueblos de Utiel y Chiva para “estar y escuchar “ a unas gentes manchegas y valencianas rotas por el dolor y la incertidumbre.
Los que se van, ya volverán, decía la canción. A Pedro Sánchez le faltó tiempo para marcharse. Salió escopetado cual cobarde que pierde el trasero, pero los Reyes se quedaron y hasta Mazón aguantó detrás del Rey. La ejemplaridad de Felipe VI y la Reina Letizia no necesita ser destacada porque todos lo vimos.
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha trasladado a la reina Letizia la necesidad de que la respuesta a la catástrofe que ha asolado la provincia de Valencia y otras zonas de España debe ser sobre todo social, en el contexto de una reunión de trabajo que la reina ha mantenido con seis organizaciones sociales que están sobre el terreno atendiendo las necesidades de la población damnificada por la catástrofe.
Es evidente que nuestro presidente del gobierno, señor Pedro Sánchez, ha conseguido situar a la monarquía española en el lugar en el que le interesa tenerla. Y es, precisamente, por esto que no se aviene a complacer a sus socios de gobierno, que hace tiempo que están reclamando su supresión mediante sucesivas campañas en contra del Rey y de la institución monárquica.
S.M la Reina Letizia ha entregado el distintivo al presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, en un acto que se enmarca en el Día Mundial de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. El presidente de la ONG destaca que “este premio pone en valor el compromiso de la sociedad valenciana con las personas más vulnerables de nuestro entorno”.
Unicef ha anunciado el nombramiento de la Reina Letizia, como nueva Defensora para la Salud Mental de la Infancia y Adolescencia de la organización de la ONU de protección a la infancia. Según informó Unicef, al aceptar este nombramiento, la Reina, que ya es presidenta de Honor de Unicef España, “amplía su compromiso con la organización para contribuir a visibilizar la problemática de la salud mental en niñas, niños y adolescentes”.
que ya están recelando de los regímenes instalados en Italia y ven cómo pueden peligrar sus cómodas mayorías que venían garantizando la estabilidad económica, política y financiera de este gran proyecto común que es la UE.Y, en medio de toda esta confusión, atentos a lo que va a decir el rey e n su discurso de Nochebuena; intentando mantener un atisbo de esperanza de que surja algún impedimento para que los planes de Sánchez no lleguen a buen término, mientras empezamos a prepararnos para este tsunami que parece que nos va a llegar desde el mes de Enero del 2020; volvemos a tener noticias de que, la última persona que pudiéramos pensar que iba a añadir otro motivo de preocupación a los españoles, la reina Leticia, demostrando una vez más que no está a la altura del lugar que ocupa en la Casa Real, vuelve a equivocarse, creemos que, en gran parte, debido a su desmedido afán de protagonismo y por una evidente tendencia a un egocentrismo propio de aquellas personas que, sin estar convenientemente preparadas por ocupar un puesto de responsabilidad, despreciando los consejos de personas que saben lo que se debe hacer y, con toda probabilidad, escuchando “voces de sirena” de alguno de sus consejeros interesados en que, la operación de desguace que se está preparando contra España, salga bien; han escogido al eslabón más débil de la cadena que, seguramente, han considerado que era Leticia para crear, si cabe todavía, una mayor confusión en este piélago de insensateces que parece que está inundando la política en la nación española.Claro que, si se confirmara la noticia, si fuera cierto que la reina estuviera de acuerdo con la formación de un gobierno como amenazan las izquierdas que pueda suceder, probablemente muchos deberían cambiar el concepto que pudiera tener sobre la inteligencia de la reina consorte y deducir que, sólo una persona incapaz de situarse en la realidad; desconocedora de las fuerzas políticas que están dirigiendo el cambio de régimen en España; incapaz de relacionar situaciones similares de la reciente historia de la nación española y, solamente impulsada por un afán desmedido y, probablemente no satisfecho, de un protagonismo que, hasta ahora, solamente lo ha conseguido su esposo, Felipe; haya decidido buscar ser noticia, no sólo por sus modelitos de alta costura, o por esta belleza de la que está tan creída, que le impide mover un solo músculo de su cara cuando aparece en actos público para intentar hacerse notar dando opiniones, adoptando posturas o, incluso, como ocurre en este caso, metiendo la pata en una cuestión que, evidentemente, no hace falta ser muy listo para deducirlo, es como si se tirase una tonelada de piedras encima de ella y su familia.O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie y, por si no bastaran las pésimas noticias de índole económica que empiezan a llegar con una frecuencia inusual, empezando por la avalancha de impuestos a la que vamos a tener que enfrentarnos debido a la necesidad recaudatoria de la que tiene necesidad un gobierno que ha decidido asumir el control de la economía, que intenta mantenerse a base de subvenciones ( recordemos los 36 años de gobierno socialista en Andalucía gracias al PER y otras bicocas de las que se valían los mandatarios andaluces para mantener el voto de los ciudadanos de la autonomía); continuando con una información, aparecida en una de las páginas interiores de un diario catalán, La Vanguardia, en la que se da a conocer que el déficit público ha subido un 35% en octubre llegando a ser de un 1´41% del PIB; mientras Cataluña, pese a los esfuerzos de los soberanistas que dirigen el cotarro, sigue sufriendo desinversión, cierre de empresas que se trasladan a otros lugares de España o a otros países; al tiempo que el número de desengañados que han dejado de creer en el éxito de una hipotética independencia de Cataluña, sigue aumentando cada día más, de modo que, una encuesta reciente del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, nos ha proporcionado la sorpresa de que el 49,4% de los encuestados respondió que «no» a ser independientes, frente al 41,1% que se mostró a favor.
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