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Sin lugar a dudas, España ha vivido en los últimos años un crecimiento permanente de su ecosistema startup, emprendedor e inversor. La permeabilidad de las estructuras económicas más tradicionales y de las instituciones a la necesaria apertura de sus estrategias hacía la innovación ofrecida por el tejido startup ha supuesto así, un importante crecimiento en las inversiones en este campo.
Las pequeñas y medianas empresas engloban el 99% de empresas en España y, las que están gestionadas por familias conforman el 89% del total, ocupan el 67% del empleo privado y su peso en la actividad económica equivale al 57% del PIB del sector privado. A medida que la economía es más digital, estas empresas corren el riesgo de quedarse atrás respecto a otras empresas.
El último informe del Foro Económico Mundial, en colaboración con la Organización de Empresarios (EO), la Universidad de Cambridge y la Universidad Nacional de Singapur, destaca la necesidad de apoyar a las pequeñas y medianas empresas en la construcción de procedimientos "preparados para el futuro" para que puedan aumentar su nivel de resiliencia y agilidad, y lograr un crecimiento financiero duradero que afecte positivamente a la economía global.
Y es que cualquier gestión empresarial o laboral depende, muchas veces, de saber cerrar una venta (de alto valor) es una de las competencias más demandadas y está transformando el mercado laboral. Al mismo tiempo, el closer de ventas es también una figura cada vez más cotizada, como otros empleos relacionados con las tecnologías de información y comunicación (TIC) que la oferta no está siendo capaz de cubrir.
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